jueves, 22 de abril de 2010

Desarrollo cognitivo y cultural en la transición paleolítica II

La simple posesión de unas capacidades cognitivas no faculta automáticamente a tener la conducta compleja que podría esperarse de las posibilidades conductuales que ofrecen tales capacidades. La Arqueología es el principal valedor de tal afirmación: Ni neandertales ni HAM del Próximo Oriente tuvieron la complejidad conductual (sobre todo de carácter simbólico) que las mismas poblaciones obtuvieron en el inicio del Paleolítico Superior. Aunque se ha pensado en la posibilidad de cambios evolutivos, difícilmente pueden sostenerse y menos demostrarse. Lo único que cambio (a veces paulatinamente: continuum cultural; y otras veces más rápido: emergencias cognitivas) fue el medio ambiente cognitivo, cultural, socioeconómico y simbólico en el que vivían e interaccionaban dichas poblaciones. Si seguimos tales cambios veremos como se irían desarrollando de forma paralela los avances cognitivos y culturales.

En la forma de producción de tales cambios es donde se relacionan las capacidades cognitivas con las condiciones necesarias para la creación, desarrollo y transmisión de los avances tecnológicos, sociales y simbólicos. En definitiva, sería ver qué cambia, qué condiciones precisa para su cambio, qué relación tiene con las cuatro capacidades cognitivas citadas en el anterior post y cómo se realiza.

1 - Qué cambia: Conductas tecnológicas, sociales, logísticas y simbólicas.

2 - Condiciones necesarias: Aumento demográfico (densidad de yacimientos, duración y tamaño). Desarrollo socioeconómico (aumento de redes sociales, complejidad y variabilidad tecnológicas, conductas estructuradas de carácter comercial y  logístico). Existencia de un lenguaje.

3 - Qué relación tiene con las cuatro capacidades cognitivas. Todo cambio arqueológico, matizado por sus propias peculiaridades, significa el desarrollo cognitivo que lo posibilita. Desarrollo cognitivo y avances culturales son las dos caras de una misma moneda. Una somera relación sería:
Funciones ejecutivas (planificación y ejecución de conductas tecnológicas, sociales y simbólicas). Emotividad (relaciones sociales: sociabilidad, aislamiento, expansión). Creatividad (variación tecnológica, social y simbólica). Capacidades emergentes (reflexividad y flexibilidad para el cambio y desarrollo tecnológico, social y simbólico.

4 - Cómo se realiza en el tiempo y en el espacio:
* Desarrollo temporal. Rapidez temporal y geográfica de la expansión cultural y del desarrollo cognitivo, como signos de flexibilidad y reflexividad cognitiva y conductual. El periodo transicional se caracteriza por una notable heterogeneidad temporal.
* Amplitud y relación geográfica. Proximidad o lejanía de las poblaciones con culturas netamente diferentes (cognitivas y simbólicas), como índice de relaciones y sociabilidad conductual. En este periodo es ya clásico el mosaico cultural y cognitivo.

De todo lo anterior, sólo dos apartados (condiciones necesarias y realización en el tiempo y el espacio) son los que más vamos a utilizar, pues dependen exclusivamente de los datos del registro arqueológico, y no es necesario una particular interpretación por parte del investigador. Naturalmente, hay que hacer varias puntualizaciones:

- Sólo podemos utilizar aquellos datos que se encuentren en el registro arqueológico. Lo que no se ha encontrado es como si no existiera. Si en el futuro encontrasen nuevos datos, ya se adaptarían los estudios a las nuevas condiciones que puedan plantearse.
- Se intuye la posibilidad de un comienzo anterior a las primeras muestras que podamos encontrar en los yacimientos respecto a cierta particularidad conductual (p.e. adornos respecto a la noción de individualidad personal y/o social), pero metodológicamente es mejor aceptar lo concreto que especular con posibilidades no contrastadas. Así, el inicio de una conducta determinada se concreta cuando aparezcan conductas u objetos que indique con cierta claridad su producción.
- La destrucción de los objetos de naturaleza orgánica es muy frecuente en el registro arqueológico. Este fenómeno afectaría tanto a neandertales como a HAM, por lo que el azar en su producción debe ser homogéneo entre las dos poblaciones (ambas vivían en el mismo ambiente y en el mismo periodo: Europa de la transición).
- En situaciones de un registro arqueológico muy pobre es muy difícil realizar cualquier estudio poblacional. En este sentido, no parece ser el caso de la Europa de la transición, donde los yacimientos son relativamente abundantes, han sido excavados cierta metodología (dependiendo fecha de estudio), y se han realizado numerosos estudios al respecto. Esto nos permite, por lo menos intentar, realizar estudios de naturaleza más amplia que los del simple yacimiento o región, al menos en sus aspectos más genéricos y visibles.
 
El siguiente cuadro nos resalta los aspectos arqueológicos que debemos valorar en el desarrollo cultural y cognitivo de las poblaciones humanas de la transición paleolítica.



miércoles, 14 de abril de 2010

Desarrollo cognitivo y cultural en la transición paleolítica I


Ya he comentado en diversas ocasiones que el único camino que tienen los arqueólogos para conocer las capacidades cognitivas de los homínidos de nuestro linaje es a través del estudio de la conducta que se observa en los yacimientos. Sin embargo, su realización no siempre se realiza por medio de una metodología adecuada a lo que se pretende analizar.   

Para ello, lo primero que hay que tener presente son las características psicobiológicas de los seres humanos autores de los datos arqueológicos que disponemos. En este punto es donde se produce los primeros problemas, pues ante la toma de conciencia de cual pudo ser la realidad cognitiva de los humanos del paleolítico, se toman como referencia las condiciones conductuales de nuestra especie en la actualidad, lo que sería cierto respecto de la capacidad cognitiva (cierta del Homo sapiens; a demostrar entre los neandertales), pero no de su desarrollo ni de su manifestación conductual.   

El principal problema  se presenta con los neandertales, pues no está claro que sus capacidades cognitivas ni la forma de desarrollo cognitivo fuesen iguales a las de los HAM. Sobre todo teniendo en cuenta que son dos poblaciones que evolucionaron paralelamente (pero separadas geográficamente) a partir de un ancestro común con 500.000 años de antigüedad, incluso con especies intermedias (Homo heidelbergensis). El concepto de que son una simple variación de la misma especie humana hay que demostrarlo igualmente, lo que por medio de la Paleontología no es posible en la actualidad y arqueológicamente depende del estudio de su conducta.   

Otro problema es que en los estudios arqueológicos sobre este periodo se establece una relación directa entre capacidades cognitivas humanas y su conducta, cuando en realidad la conducta es el resultado del desarrollo de tales capacidades cognitivas, hecho que ocurre en función de las características del medio ambiente (social, demográfico, simbólico, ambiental, etc.). Así, las capacidades cognitivas y el medio ambiente son dos aspectos que posibilitan un mismo proceso: desarrollo cognitivo y cultural. Estos conceptos son los causantes de las propiedades generales de todo desarrollo cultural (ya comentadas anteriormente):  

- Continuum cultural de forma heterogénea en el tiempo y en el espacio.
- Capacidades cognitivas emergentes.   

En el estudio de los desarrollos cognitivos y sus consecuentes manifestaciones culturales de las poblaciones de la transición paleolítica, hay que intentar disminuir en lo posible la subjetividad científica subyacente. En este intento, todo estudio relacionado con la cultura de este complejo periodo siempre hay que seguir dos criterios muy relacionados: racionalización y metodología en su producción.   

Para lograr la primera condición (racionalización) es necesario aplicar a tales estudios los datos que las ciencias encargadas del comportamiento humano (Neurología, Psicología, Sociología) nos ofrecen en la actualidad. En este sentido, parece obligado poder contar con una concepción de la naturaleza humana (psicobiológía humana), pues es la base principal de toda nuestra conducta. Naturalmente, siguiendo los avances de la Psicología y Neurología actuales. Un intento lo constituye el modelo psicobiologico ya mencionado en anteriores ocasiones, y un modelo multidisciplinar de la evolución conductual.   

Respecto del segundo apartado (metodología) consistiría en la aplicación, lo más objetivamente posible, de tal modelo a los datos obtenidos del registro arqueológico. Es decir, constituir un modelo práctico sobre tales datos, que nos permita analizar la forma (qué buscamos) y el fondo (cómo buscarlo) de la conducta paleolítica, logrando con su articulación una metodología útil. Un intento en este sentido se ha realizado por el método multidisciplinar de la Arqueología cognitiva (orientación psicobiológica). En este momento analizaré el fondo, dejando la forma para más adelante.   

El fondo estaría constituido por las capacidades cognitivas de los homínidos del paleolítico. Sin embargo, el termino de capacidades cognitivas es excesivamente genérico y poco preciso. Es necesario profundizar en aquellas capacidades cognitivas que puedan ser rastreados en el registro arqueológico, adquiriendo un valor primordial en el estudio de la conducta prehistórica. Al poder ser analizadas en el tiempo (cronología) y en el espacio (distribución geográfica), son susceptibles de poder compararse con las de otros homínidos de cualquier periodo, naturalmente dentro de los límites que el registro arqueológico nos permita y de la metodología que usemos.   

En el análisis sobre la conducta humana hay que tener en cuenta cuatro genéricos procesos cognitivos que, aunque no son los únicos utilizados para la realización de la conducta, si cumplen en alguna medida la premisa anterior (rastreo arqueológico). Procesos que ya fueron analizados en otros apartados: 

Creatividad. Funciones ejecutivas. Motivación. Capacidades cognitivas emergentes.   

La producción de todo cambio conductual sería la manifestación de la acción conjunta de los cuatro conceptos (creación, ejecución, motivación y desarrollo capacidades emergentes), por lo que la falta o disminución de alguno de ellos produciría un retraso o incluso su falta, mientras que la rápida aparición de conductas adaptativas implica un buen desarrollo de estas capacidades humanas. El desarrollo de estas capacidades cognitivas tendría una manifestación paralela en el registro arqueológico:   

- Funciones ejecutivas (Planificación y ejecución de conductas tecnológicas, sociales y simbólicas). 
- Emotividad (relaciones sociales: sociabilidad, aislamiento, expansión).
- Creatividad (variación tecnológica, social y simbólica). 
- Capacidades emergentes (reflexividad y flexibilidad para el cambio y desarrollo tecnológico, social y simbólico).    

El principal problema que plantea su estudio dentro del registro arqueológico es la propia subjetividad de realizador del mismo, pues muchas apreciaciones sobre su grado de desarrollo pasan por una simple apreciación personal, al no existir parámetros objetivos con los que compararlos. Por ejemplo se pueden comparar los adornos del Chatelperroniense con los del Auriñaciense, una primera impresión es que son similares (lo que tecnológicamente es cierto), induciendo a una rápida conclusión (HAM y neandertales tenían las mismas capacidades cognitivas para crear simbolismo) si no se profundiza en la forma en estos se producen en las dos poblaciones. Lo que nos lleva al segundo apartado que analizaremos próximamente. Un esquema lo podemos ver en el siguiente esquema:


domingo, 4 de abril de 2010

El tercer homínido

En estos últimos días ha aparecido en la revista Nature la noticia del descubrimiento de un resto óseo (falange de la mano) con AND mitocondrial diferente al de los neandertales y HAM. Pero quizás lo que más ha llamado la atención es la cronología que se le atribuye, pues es de unos 40.000 BP. Tales hechos suponen la posibilidad de un tercer linaje humano contemporáneo con los homínidos europeos del mismo periodo. Como es lógico numerosos medios de comunicación (escrita y electrónica) han dado sobrada información al respecto.

El descubrimiento se produjo en una cueva denominada Denisova durante su excavación en el 2008: El yacimiento se sitúa en las montañas de Altai al sur de Siberia (Rusia). El yacimiento se encuentra fuera del tradicional límite de expansión neandertal en Asia, aunque tan sólo a 100 kilómetros del yacimiento con fósiles de neandertales, ambos lugares estaban asociados a un Musteriense con la técnica Levallois. Con estas premisas se pensó que serían neandertales, por lo que si no hubieran mediado los análisis genéticos, se hubieran atribuido a estos homínidos, pues los escasos restos óseos impiden prácticamente realizar una diferenciación anatómica fiable. La cueva estuvo ocupada intermitentemente por homínidos durante 125 mil años, y el fragmento de hueso proviene de un estrato datado entre 48-30.000 BP.

Por suerte, y siguiendo el camino de las nuevas tecnologías aplicadas a la Paleontología, se intentó un posterior análisis del ADNmt. Éste se realizó por un equipo de investigadores alemanes del Max Planck Institute de antropología evolutiva en Laipzig, al mando del famoso genetista Svante Pääbo. El análisis de los nucleótidos del ADNmt del hueso (Mujer X, pues todo ADN mitocondrial proviene de la madre) indicaba una diferencia clara con los recientemente conocidos de los neandertales y de los HAM, implicando que este posible nuevo linaje humano se separó del árbol familiar humano hace 1 millón de años, mucho antes de que HAM y neandertales tomaran caminos evolutivos diferentes. Por tanto, podrían ser una evolución de los Homo erectus, que dejaron África hace 1,9 millones de años, independiente de la de los Homo heidelbergensis, ancestros de los neandertales, con sólo entre 300 y 500 mil años de antigüedad, y de los HAM oriundos de África donde aparecieron hace aproximadamente 150-200 mil años.

Hasta la fecha es poco lo que se sabe de cómo evolucionó el Homo erectus en Asia y con quién se encontró el Homo sapiens cuando llegó allí, si es que se encontró con alguien. Los paleoantropólogos chinos opinan que el Homo sapiens se habría vinculado con los Homo erectus o sus descendientes, pero no se han descubierto buenos fósiles que evidencien un contacto, sino que sólo se ven Homo sapiens arcaicos y Homo erectus mucho más antiguos que la época en que llegó el HAM a Asia desde África. Esta es la idea generalmente más aceptada al respecto, pero puede que no sea real. Las teorías generales aplicadas a la evolución humana, como es el caso de la expansión de los HAM al Viejo Mundo, pecan de ser excesivamente generales y, con la excusa de la falta de fósiles o datos arqueológicos, exponen unas teorías paleontológicas y arqueológicas que carecen muchas veces de fundamento, salvo por el simple hecho de configurar las propias ideas de sus creadores. En este sentido, tengo dos ejemplos que pueden aclarar algo estos conceptos.

1.- Paleontológicamente las ideas dominantes entroncadas en las teorías de rango general, imponen su criterio sobre datos que no se adaptan a sus líneas de desarrollo teórico. Se puede admitir la falta de conocimiento sobre estos asuntos en Asia, donde se ha explorado y trabajado mucho menos que en Europa. Pero no hay pruebas de la desaparición de los descendientes del Homo erectus, salvo la inexistencia de sus restos en fechas recientes. Esto parece cierto, pero ¿es realmente toda la verdad? Lo cierto es que hay estudios que no opinan lo mismo. En 1996 (una fecha relativamente actual) se publicó es la revista Science un importante hallazgo directamente relacionado con estos temas (Swisher III, et al. 1996):

Latest Homo erectus of Java: Potential Contemporaneity with Homo sapiens in Southeast Asia. Hominid fossils from Ngandong and Sambungmacan, Central Java, are considered the most morphologically advanced representatives of Homo erectus. Electron spin resonance (ESR) and mass spectrometric U-series dating of fossil bovid teeth collected from the hominid-bearing levels at these sites gave mean ages of 27±2to 53.3±4 thousand years ago; the range in ages reflects uncertainties in uranium migration histories. These ages are 20,000 to 400,000 years younger than previous age estimates for these hominids and indicate that H. erectus may have survived on Java at least 250,000 years longer than on the Asian mainland, and perhaps 1 million years longer than in Africa. The new ages raise the possibility that H. erectus overlapped in time with anatomically modern humans (H. sapiens) in Southeast Asia.

Aunque existe un gran escepticismo sobre la posibilidad de esta contemporaneidad de Homo erectus asiáticos con humanos modernos procedentes del oeste de Asia, esta no puede científicamente descartarse. Así, aparece un caso parecido la de Europa con los neandertales, pero sin duda mucho peor documentado y estudiado (Tattersall, 1997). Como se puede apreciar por la fecha de estas publicaciones, el tema no es nuevo y lleva varios años al menos en la mente de diversos autores.

2.- Arqueológicamente ya comenté en otro apartado (El enigma neandertal. Un poco de historia) como se pensó por la ciencia oficial las fechas del neandertal en Portugal por ser muy distorsionantes con las que oficialmente se tenían por buenas Efectivamente, desde fechas tempranas se conocían datos sobre la posible perduración del Musteriense en la Península Ibérica, tanto que sería una cultura coetánea con las otras dos (Chatelperroniense y Auriñaciense). Así, en Grota Nova de Columbeira existe un Musteriense de talla y facies Levallois, y sin ninguna interferencia del Paleolítico Superior. Sus dataciones, radiométricas realizadas en los años 60, ofrecían unas cronologías de 26.400±750 y 28.990±950 bp, que por su anomalía teórica no se llagaron a publicar (Raposo y Cardoso, 1998). Tendrían que conocerse nuevas dataciones en este mismo sentido y en otros lugares para que se tuvieran en cuenta.

Como puede apreciarse el trabajo por realizar, en el desarrollo de las teorías arqueológicas y paleontológicas, es enorme. Lo que debe acometerse por medio de metodologías bien documentadas y fundamentadas y, a ser posible, con una buena coordinación multidisciplinar. No se deben aventurar conclusiones sin un mínimo fundamento que lo respalde y, en este sentido, la desaparición del Homo erectus en Asia es en la actualidad una hipótesis a desarrollar y demostrar en cuanto a su fecha y posible conteporaneidad con los HAM.

* Raposo, L. y Cardoso, J. L. (1998): “Las industrias líticas de la Gruta Nova de Columbeira (Bombarral, Portugal) en el contexto del musteriense final en la Península Ibérica”. Trabajos de Prehistoria, 55, (1): 39-62.
* Tattersall, I. (1997): “De África ¿una y otra vez?”. Investigación y Ciencia. 177: 46-53.