lunes, 9 de julio de 2012

Inicio del Paleolítico superior. Síntesis

La exposición de las dos teorías generales sobre el inicio del Paleolítico superior realizado en la anterior entrada (Tesis y antítesis) nos indica claramente que el problema dista mucho de estar, no solo solucionado, sino adecuadamente encauzado. Sin embargo, tal opinión no es compartida por los defensores de las dos teorías, los cuales siguen exacerbando el valor de sus postulados y obviando los problemas que generan.

La constante controversia lo único que ha conseguido hasta ahora es una radicalización de las posturas, perdiendo toda la flexibilidad teórica que siempre debe acompañar en estas tesis basadas en fundamentos tan poco constatados. Por otro lado, es posible que los medios arqueológicos utilizados se muestren impotentes para poder llegar a una solución mínimamente consensuada, dificultando enormemente los nuevos intentos teóricos y metodológicos que pudieran ayudar a salir de esta inercia contextual. La razón de la persistencia de tal inercia teórica es la propia radicalización del proceso, que rechaza cualquier propuesta que no justifique sus posturas. Por todo habría que preguntarnos si realmente se quiere o se necesita una síntesis del problema. 

El desarrollo de una nueva síntesis no puede limitarse a un mero intento de quedar bien con las dos posturas, ni un termino medio equilibrado y equidistante de la tesis y antítesis. Su fin principal sería el poder adquirir un conocimiento, lo más objetivo posible, de los procesos cognitivos y culturales que tuvieron las poblaciones humanas de este complejo periodo. El resultado dependería de la interpretación de los datos arqueológicos que poseemos por medio de una metodología adecuada al problema con que nos enfrentamos. Ante la falta de datos arqueológicos que poder usar, es necesario utilizar todas las herramientas científicas que estén a nuestro alcance, así como de usarlas por medio de un concepto interdisciplinario que, en su unión y mutua dependencia teórica, refuerce los diversos postulados científicos que cada una de las ciencias utilizadas posee. Por tanto, se trata de conseguir, con los datos arqueológicos existentes y con su interpretación por medio de una metodología interdisciplinaria, un modelo de desarrollo cognitivo y cultural que satisfaga todos los problemas que la tesis y antítesis crearon. Este es el camino que voy a seguir.

1 - Reformulación crítica de los datos arqueológicos.

Es necesario volver a valorar los datos arqueológicos lo más objetivamente posible, valorando especialmente los aspectos temporales y espaciales de los cambios conductuales de las poblaciones humanas que realizaron la transición paleolítica. Existen problemas arqueológicos estudiados pero no resueltos:

- Respecto de los perjuicios valorativos sobre los HN en general se ha avanzado mucho, pues creo que actualmente pocos pueden defender la grotesca y bárbara imagen que se construyó en el siglo pasado sobre el Neandertal. Queda el problema de la igualdad, similitud o importante diferenciación de las facultades cognitivas que pueda existir entre los HAM y los HN. Como la única manera de poder analizar este problema es a través de los datos arqueológicos, tenemos que limitarnos a su estudio, sólo que utilizando las formas de un método adecuado.

- En los problemas de datación y calibración del C-14 también se han conseguido logros importantes, pero el límite de la técnica se sitúa precisamente en el inicio de este periodo transicional, lo que dificulta la obtención de datos más precisos. Otros medios de datación con isótopos (series de U/Th) se siguen utilizando y mejorando. Es el caso de las recientesdataciones de algunas pinturas del Cantábrico (Altamira, El castillo, etc.).

- Existe un problema, más paleontológico que arqueológico, que sólo puede solucionarse con el logro de nuevos datos en los yacimientos conocidos o en otros por descubrir. Me refiero a la falta de una correlación entre los fósiles humanos (HAM y HN) con el Auriñaciense arcaico. Existen ciertos restos óseos, principalmente dientes, en algunos restos yacimientos, pero que no tienen la suficiente claridad como para atribuir a una determinada población con seguridad. Pondré como ejemplo el yacimiento de Bacho-Kiro. En este yacimiento tenemos el nivel 11 subdividido en cuatro subniveles (I, II, II y IV). Se conocen varias dataciones, una por el método C-14 tradicional de 43.000 BP, y otras por C 14 AMS con fechas de 38.500 BP (n. 11-IV) y entre 37.600-34.800 BP (n. 11-II). El subnivel más profundo (IV) se ha encontrado un fragmento del cuerpo mandibular izquierdo con un molar de leche. Está asociado a al industria del lugar y parece ser de un HAM, pero al existir otros restos en el nivel 6 (otro fragmento mandibular, un fragmento de parietal y cuatro dientes aislados) puede discutirse la correcta ubicación, o que pertenecen al Neandertal. No se ha podido llegar a un consenso sobre su atribución a un concreto grupo humano.

- ¿Dónde se originó el Auriñaciense? Esta cuestión ha marcado el problema desde el principio, pues por un lado las ideas difusionistas estaban muy arraigadas cuando se elaboró la tesis de Out of Africa. Las culturas se originaban y desarrollaban en un área determinada, y desde allí se expandían. El problema es que no se ha encontrado ningún lugar que cumpla estas características. Se creía que el Auriñaciense llegó a Europa con un importante desarrollo tecnológico y simbólico, avanzando por la costa mediterránea y el corredor del Danubio, dejando como muestra los antiguos yacimientos atribuidos al Auriñaciense más antiguo, inicial o arcaico. Existen multitud de teorías sobre tal origen, pero todas tienen un enfoque muy local o regional con escasa visión generalizada de la Europa del momento. Tenemos diversos lugares a los que se les atribuye la posibilidad de asentar tal fenómeno cultural:

+ En el Próximo Oriente, donde clásicamente se encontraron las llamadas tecnologías de transición en Boker Tachtit y Ksar Akil, junto a los restos de los HAM de Skhul y Qafzeh, que por su situación representan un posible testimonio de la expansión de los mismos desde África hacia Europa (Bar-Yosef, 1996; Stringer y Gamble, 1993).
+ En Anatolia, lugar poco explorado pero con un posible e importante peso específico al ser un gran territorio con grandes posibilidades y estar, igualmente que el anterior, en una zona intermedia que sirve como puente natural entre Europa y África, por lo que debió de ser al menos lugar de tránsito de los HAM (Otte, 1998).
+ Los Balcanes y sudeste de Europa, lugar donde se han encontrado los primeros indicios del Auriñaciense con fechas más antiguas en la cueva de Bacho Kiro (Kozlowski, 1988).
+ Al este de Europa en zonas esteparias de Asia central, desde donde pudo extenderse al continente europeo (Otte, 1996).
+ En centroeuropa (Allsworth-Jones, 1986, 1990; Otte, 1990).
+ Italia (Broglio, 1993; Gioia, 1990; Mussi, 1990).
+ Oeste europeo (Rigaud, 1993).
+ Norte de España (Bischoff et al. 1989).

Ninguno de estos lugares, en función de sus datos cronológicos y arqueológicos, puede explicar satisfactoriamente la rápida expansión que parece ser tuvo lugar a en Europa, ni las particularidades técnicas que hacen pensar en una atribución cultural de origen local. Según las indicaciones de la antítesis, los yacimientos anteriores al 36.000 BP se pueden atribuir al HN, lo que genera un gran problema. También indican que en esa fecha los HAM aparecieron en Europa con un Auriñaciense ya muy elaborado, desconociendo totalmente el lugar y la forma de su origen y desarrollo. Se facilita un continuum cultural a los HN, pero se difumina o se ignora el correspondiente a los HAM.

- Presencia de cierta relación tipológica de la primera industria Auriñaciense con el Musteriense. Si el Auriñaciense vino ya formado de donde sea, toda relación tipológica y tecnológica con el Musteriense dificultaría esta teoría, apoyando más la de una evolución local o regional. Se pasa por alto, en el intento de un difusionismo a ultranza, que todas las culturas del inicio del Paleolítico superior (Uluzziense, Chatelperroniense, Auriñaciense, etc.) son productos culturales que han partido de un Musteriense, ya sea en Europa o en el oeste de Asia. En los primeros momentos del continuum cultural de cada cultura es obligatorio que se mantengan ciertas formas relacionadas con el Musteriense, como así se ve en todos los yacimientos de este periodo.

- Difícil articulación arqueológica sobre la autoría de los HN de los yacimientos con tecnología del Auriñaciense de transición o arcaico. El comienzo de una tecnología laminar y ósea repartida por toda Europa, sin antecedentes tecnológicos previos (salvo en el oeste de Asia: Baradostiense), que está rodeada de un Musteriense o industrias derivadas de él (Chatelperroniense, Uluzziense) que tienen unas expansiones geográficas muy limitadas, y que por causas no conocidas se continúan con el Auriñaciense de los HAM, es una teoría muy forzada desde el punto de vista arqueológico. Tal formulación teórica supone una irregularidad única dentro de un contexto de desarrollo cultural de los HN. Los neandertales tienen un modelo en Europa de evolución cultural de gran homogeneidad, caracterizado por un desarrollo muy local, aspecto de mosaico cultural, y siempre a partir del Musteriense local, lo que contradice las características de los asentamientos auriñacienses arcaicos (sobre niveles estériles, sin Musteriense más antiguo, etc.).

- Gran limitación (temporal y geográfica) de los adornos y tecnología ósea del Chatelperroniense y Uluzziense. Sólo algunos HM (clara minoría) desarrollaron conductas simbólicas relacionadas con los adornos. El problema aparece cuando se generaliza una excepción conductual de una minoría de neandertales.

- La amplia crítica de los antiguos yacimientos correspondientes a los HAM plantea ciertas dudas sobre la objetividad de su realización, pues tal revisión está realizada sobre los antiguos registros documentales, y no sobre nuevas excavaciones o estudios en el yacimiento. Son pues nuevas interpretaciones basadas en el criterio de sus realizadores. No cabe duda de que pueden tener cierta razón en sus afirmaciones, pero la crítica es demasiado generalizada y muchas veces basada en opiniones, posiblemente ciertas, pero no demostradas, lo que suscita opiniones contrarias entre los excavadores actuales de tales yacimientos, o entre los autores opuestos a esta teoría.

- Mientras se critica a todos los yacimientos que se oponen al inicio independiente del Chatelperroniense (en su más amplia concepción: tecnológica y simbólica), se omiten las mismas críticas en los yacimientos correspondientes al Chatelperroniense. Pues no hay que olvidar que también son muy antiguas (sino son más antiguas aún), por lo que la metodología empleada en la realización de sus respectivos registros arqueológicos (base del estudio) no es muy adecuada según los criterios actuales. En todos los yacimientos hay que valorar los mismos problemas estratigráficos de contaminación de materiales, de datación y tafonómicos. Así, diversos autores (Mellars, 1999; Rigaud, 1996) indican muchos de los yacimientos del Chatelperroniense se sitúan encima de estratos correspondientes al Musteriense, siendo frecuentemente contaminados los niveles superiores (Chatelperroniense) por materiales provenientes de estratos inferiores (Musterienses).

2 – Criticas desde la Arqueología cognitiva.

El problema tiene unos componentes psicobiológicos muy importantes (capacidades cognitivas, simbolismo, lenguaje, relaciones sociales, etc.), los cuales se escapan en su estudio de los medios tradicionales de la Arqueología. Habría que valorar la inclusión en el debate de nuevos métodos de interpretación de la conducta humana directamente relacionados con sus formas de origen y desarrollo. Me refiero a la Arqueología cognitiva (orientación psicobiológica) que utiliza de forma interdisciplinaria las ciencias que están directamente relacionadas con el estudio de la conducta humana (Psicología, Neurología, Biología evolutiva, Ciencias sociales, Lingüística, etc.). Bajo esta perspectiva tenemos diversas críticas.

- La consideración de que las dos poblaciones tuvieron unas capacidades cognitivas muy parecidas, incluso casi iguales, no está estudiado desde un punto de vista evolutivo y psicobiológico. Se olvida un axioma evolutivo: Nunca evoluciones independientes han producido los mismos resultados evolutivos. Lo que podría aplicarse a los HN y HAM. Igualmente, se conocen diferencias corporales y neuroanatómicas (Bruner, 2003) que pueden indicar diferenciación cognitiva.

- Hay que establecer el continuun cultural y cognitivo de las dos poblaciones, pues, aunque éste sea heterogéneo en el tiempo y espacio geográfico, debe existir cierto lazo de unión en los diferentes niveles de la evolución cultural y conductual de cada población. Sobre todo cuando hablamos de épocas en las que periodos de tiempo relativamente cortos se producen numerosos cambios, como es el caso de la transición europea.

- Se hace necesario considerar al Chatelperroniense (como a todas las culturas humanas) como procesos culturales que necesitan de ciertas características medioambientales, como son los cambios demográficos y logísticos que produzcan una motivación cognitiva para su realización. Así, puede existir un inicio de un independiente Chatelperroniense tecnológico, pero no otras formas de matiz simbólico hasta periodos más recientes y con motivaciones diferentes. Se hace imprescindible el profundizar en los aspectos simbólicos del Chatelperroniense.

- La desaparición de los HN en un dato arqueológico y paleoantropológico de primera magnitud, pues su significado aporta importantes evidencias sobre lo acontecido en este periodo. Sin embargo, con el amparo de que no se conocen las causas que lo motivaron, los seguidores de la antítesis simplemente lo olvidan y lo apartan del estudio del inicio del Paleolítico superior. Si las capacidades cognitivas de las dos poblaciones hubieran sido exactamente las mismas, las únicas causas (ajenas a cualquier tipo de diferenciación cognitiva racional o emocional) que podrían justificar esta desaparición serían la guerra y genocidio (sin ningún dato arqueológico en los milenios que convivieron), y la transmisión de alguna enfermedad que el sistema inmunitario de los HN no pudo superar, lo que es difícil de creer, pues un proceso de esa naturaleza hubiera acabado con todos los HN mucho antes y no tras varios milenios de cercana convivencia. Una tercera causa sería la hibridación completa de las dos poblaciones, pero los estudios de ADN de los HN sólo indican (hasta el día de hoy) un pequeño cruce en el PO durante el Musteriense.

Si dos poblaciones conviven en el mismo medio ambiente y una desaparece, sólo podemos afirmar que la capacidad global de adaptación y de supervivencia de la que desapareció era inferior a la que tenía la que sobrevivió. Esta norma siempre se ha aplicado a todos los seres vivos como la selección natural de la teoría evolutiva. En este contexto, más que olvidarnos del asunto, hay que indagar en qué eran diferentes las dos poblaciones. Siempre se ha hablado de capacidades cognitivas en referencia a la inteligencia, como si el que desapareció fuera simplemente tonto. Tal aseveración es más pueril que científica, pues las capacidades cognitivas, tanto racionales como emocionales, tienen infinidad de estados intermedios, y lo que se discute no es la ausencia de una u otra capacidad, sino la manifestación global de todas ellas en los intentos de sobrevivir en las condiciones ambientales del periodo transicional. Lo cierto es que con anterioridad y con condiciones climáticas parecidas los HN los pudieron superar, pero algo les impidió volver a realizar esta superación cuando los HAM estaban presentes en el mismo medio, y aún así se tardó varios milenios en llegar a su desaparición total. Más que ignorar el problema hay que estudiarlo con criterios más objetivos que los usados hasta ahora.

- El desarrollo cognitivo que favorece las conductas simbólicas siempre se encuentra en lugares con una importante relación social y un desarrollo tecnológico (laminar y óseo con tecnología del PS) consecuencia del aumento de la reflexividad y flexibilidad conductual alcanzada por las características medioambientales desarrolladas.

3 – Elaboración de la síntesis. Modelo de desarrollo cognitivo y cultural.

Hay que intentar establecer un modelo general sobre tal cambio, que pueda solucionar los problemas que las dos teorías (tesis y antítesis) produjeron:

I - Superar definitivamente los perjuicios valorativos de los HN, estudiando las posibles diferencias cognitivas (racionales y/o emocionales) que puedan existir entre las dos poblaciones. Se realizarán analizando sus conductas conocidas con los criterios de representación estadística de los avances culturales y simbólicos en Europa, uso exclusivo de los datos arqueológicos conocidos y análisis por medio de métodos interdisciplinarios adecuados (Arqueología cognitiva). Como es fácil de comprender el desarrollo de este problema escapa en magnitud y complejidad a los medios de un blog. No obstante, remito a los interesados a un trabajo publicado en la Revista Portuguesa de Arqueología (2008) y que puede ver por Internet. Sin embargo, para una somera comprensión del problema indicaré en los siguientes apartados los aspectos más relevantes del mismo.

II - Estudio comparativo del simbolismo de los HN y HAM de la transición paleolítica. Ya se vio como los elementos simbólicos de los HN estaban muy restringidos geográficamente, pues los adornos sólo aparecen en seis yacimientos franceses: Cauna de Belvis, Grotte du Renne Châtelperron, Roc de Combe, Roche-au-Loup y Roche de Quinçay (D´Errico et al. 1998). Hay que valorar un uso intensivo del ocre que suele cubrir de color todo el hábitat donde se encuentra, mientras que en el Musteriense se encuentra de una forma mucho más aislada (Baffier, 1999). En muchos de sus yacimientos no se encuentran algunas de sus producciones líticas, o lo están en muy escasa proporción, dando aspecto de cierta pobreza tecnológica (Gamble, 2001). Este fenómeno donde más se aprecia es en la Península Ibérica, pues en la mayoría de sus yacimientos falta una tecnología laminar y ósea, lo que permite intuir la existencia de un Musteriense con puntas de Chatelperron más que de un pleno Chatelperroniense (Maroto et al. 2005). Pudiera ser que no hay que considerar al área arqueológica del Chatelperroniense como una verdadera extensión territorial de hábitat, sino sólo como una extensión de su potencial de abastecimiento (Gamble, 2001), o de influencia de los chatelperronienses a otros musterienses con menor desarrollo cognitivo y cercanos geográficamente. Incluso de influencia o relación con los HAM del inicio del Auriñaciense arcaico, lo que parece intuirse en la Península Ibérica con la presencia de puntas de chatelperron en yacimientos considerados como Auriñacienses (L´Arbreda, Reclau Viver y El Castillo). El Uluzziense se conceptúa como una conducta moderna, aunque de forma más limitada. Se conoce el uso de la tecnología laminar con microlitos, y una incipiente utilización del hueso como materia prima. Se han encontrado conchas perforadas y colorantes amarillo (limonita) y rojo (ocre) en la cueva de Cavallo (D´Errico et al. 1998).

La escasa representación de adornos y de tecnología ósea no puede ser una característica cultural de todos los chatelperronienses y, por extensión, de los neandertales en general, pues su representatividad estadística en el total de su población en este periodo es muy limitada. Su existencia es más una rareza que una generalidad, y como tal debe ser entendida y estudiada, al menos hasta que nuevos descubrimientos indiquen otra cosa. Sin embargo, algunos neandertales si fueron capaces de elaborar, con tecnología propia, tales adornos y útiles óseos. Ambos procesos, la creación de estos objetos por parte de algunos neandertales y su ausencia en la mayoría de los yacimientos chatelperronienses y en todos los demás atribuidos al Neandertal, deben ser explicados. Estas escasas manifestaciones de simbolismo moderno indican que el Chatelperroniense y Uluzziense son unas culturas del Paleolítico Superior en el sentido cronológico y tecnológico (con su industria lítica). Sólo en algunos núcleos se presentaron las características simbólicas del Paleolítico Superior, posiblemente debido a la proximidad de poblaciones modernas, dándose en ambos sentidos las condiciones necesarias para tal desarrollo (Rivera, 2008).


III - Establecer el origen (formas y causas) del Auriñaciense. Tradicionalmente, a todas las culturas europeas transicionales que no estuvieran relacionadas con el Auriñaciense se les ha atribuido a los neandertales. La ausencia de fósiles asociados a las mismas dificulta la elaboración de teorías opuestas. Además, el concepto de que los HAM entraron en Europa portando un Auriñaciense más o menos elaborado, impide asociar a esta población otro tipo de culturas. El concepto de la llegada a nuestro continente de poblaciones modernas portadoras de una tecnología laminar, pero sin la elaboración simbólica o tipológica propia del Auriñaciense, abre el debate sobre la posibilidad de que algunas culturas del este de Europa pudieran ser originadas por los HAM. Es el caso de aquellas que tienen gran semejanza tecnológica con las industrias del Próximo Oriente (levallois laminar), y tienen un carácter intrusivo respecto de las demás culturas de la zona como el Bohuniciense (Marks, 1983; Svoboda, 1986, 2002; Svoboda et al. 1996; Kuhn et al. 1999; Bar-Yosef, 2006; Mellars, 2006) o tengan elementos suficientes (Bachokiriense) como para compararlas con el llamado Auriñaciense de losZagros o Baradostiense, (Kozlowski y Otte, 2000; Harrold y Otte, 2001; Olszewski y Dibble, 2006). Estas poblaciones, por motivos desconocidos (posiblemente de carácter demográfico, climático y de supervivencia), emigraron al este de Europa, donde llegaron con una tecnología que podemos definir como Paleolítico Superior Inicial (IUP), con un sentido más tecnológico que simbólico. El problema es la falta de conexión geográfica, y la correlación paleoantropológica.

IV - Realizar el continuum cultural de los HN y HAM. Con la llegada de los HAM se produciría una interacción poblacional con los HN, provocando nuevos problemas sociales, logísticos y demográficos. Estos, acrecentados por las características climáticas del momento, forzaron la creación de nuevas conductas más complejas y adaptativas (reflexividad y flexibilidad conductual). Ambos grupos pudieron desarrollar diversos tipos de conductas simbólicas de forma simultánea (Auriñaciense arcaico, Chatelperroniense y Uluzziense), aunque con características y grado de desarrollo diferentes. Serían el reflejo conductual de su respectivo desarrollo cognitivo, facilitado y limitado a sus propias capacidades psicobiológicas. Así pues, lo más llamativo fue la existencia simultánea de conductas con diferente grado de desarrollo cognitivo: sin simbolismo (Musteriense tardío, Musteriense con puntas de Chatelperron sin tecnología laminar) y con simbolismo (Chatelperroniense clásico, Auriñaciense arcaico con puntas de Chatelperron y abundantes elementos de sustrato, Auriñaciense arcaico sin elementos musterienses, Fumariense, etc.). Hay que destacar que los dos modelos de desarrollo cognitivo y conductual tuvieron lugar prácticamente en un mismo periodo de tiempo, (Maroto et al. .2005), posiblemente de carácter independiente el tecnológico y más relacionado con las poblaciones el simbólico (Rivera, 2008). Esta compleja producción, junto con el estancamiento cultural de otros grupos de neandertales, es causa del típico aspecto de mosaico (Straus, 2005).

Sobre cual pudo ser la primera cultura en iniciar el camino de la modernidad, la controversia parece que va continuar, por lo menos hasta que no se consigan cronologías más exactas y una correlación antropológica bien establecida. No obstante, si hay que indicar la prioridad de alguna, es necesario realizar un detallado análisis de las características de todo el proceso de desarrollo cultural. Primero, los antecedentes culturales de los HAM en África (McBrearty y Brooks, 2000; D´Errico, 2003; Mellars, 2005), donde aparecen algunas de las características de la conducta moderna con anterioridad al Paleolítico superior europeo y, desde luego, con mayor complejidad que en los antecedentes de los neandertales en el Paleolítico medio. Además, el registro arqueológico europeo es mucho más intensivo y extensivo que el africano, lo que confirma con mayor exactitud esta diferencia conductual. Segundo, el inicio y desarrollo cultural de los HAM ofrece una generalizada reflexividad y flexibilidad conductual. Mientras que los neandertales ofrecen una mayor diversidad cultural pero con diferente nivel simbólico, dando la impresión de cierta fragmentación social y cultural, así como una importante desigualdad de su desarrollo cognitivo. Tercero, su propia evolución temporal con la desaparición del neandertal y de todas las culturas que se le atribuyen, indica una menor capacidad de adaptación a la nueva situación demográfica, social y ambiental de este periodo, siendo aprovechado por los HAM para su supervivencia y expansión.

V - Elaborar un modelo sobre la desaparición de los HN. Conocemos la existencia de una diferencia anatómica, neurológica y cognitiva entre las dos poblaciones, que otorgan a los neandertales unas menores capacidades cognitivas (funciones ejecutivas social y simbólica, creatividad y motivacional). Teniendo en cuenta la interconexión funcional de todas las capacidades cognitivas, el resultado sería, en comparación con los humanos modernos, una manifestación cultural marcada por la disminución de su flexibilidad conductual, lo que supone una menor capacidad de adaptabilidad (creación de nuevas técnicas, mejores relaciones sociales, migración a otros lugares mejores conocidos, etc.), junto con una menor rapidez en la respuesta a los cambios climáticos, sociales y demográficos del inicio del Paleolítico superior. Durante este periodo el clima ofrece unos cambios importantes y peculiares, tanto por la oscilación en el cambio de temperatura como por la rapidez en su ritmo de alternancia, como puede verse en los registros de los núcleos de hielo de Groenlandia (GISP2, GRIP). Hemos visto que los aspectos sociales de los grupos de neandertales presentaban una menor complejidad y estructuración, así como cierto aislamiento cultural y geográfico. La consecuente fragmentación social, con grupos más pequeños y aislados social y geográficamente, produce una menor viabilidad demográfica, al disminuir su capacidad de reproducción por el aislamiento y aumento de las dificultades de supervivencia (Mellars, 1998). Al elevar la mortalidad infantil y disminuir su longevidad, en unos milenios se limitaría su permanencia demográfica. El aumento de la tasa de mortalidad infantil de tan sólo un 2%, justificaría su extinción en unos 1000 años (Zubrow, 1989).

Se produce un gradual y continuo aumento de la población de los humanos anatómicamente modernos, con el consiguiente aumento de competición entre las dos poblaciones sobre la ocupación y explotación de las zonas con intereses económicos (Stringer y Gamble, 1996). La causa de la mayor capacidad competitiva de los humanos modernos, se basa en la creación de una tecnología más compleja, así como de la posesión de modelos más estructurados de organización social y de comunicación, confiriendo a sus poseedores una eficacia adaptativa mucho mayor. Esto produce una inevitable situación de competición con los neandertales, cuyo resultado pudo ser una gradual contracción de sus poblaciones a zonas más limitadas en todo el continente (Gamble, 2001; Mellars, 1998). En definitiva, la presión ambiental, tanto climática como la que representaba la presencia de un nuevo y diferente grupo humano (competencia logística y geográfica), junto con sus propias características cognitivas (menor reflexividad y flexibilidad conductual con la consecuente limitación social, cultural y demográfica), serían los motivos que, tras el largo periodo de convivencia, les llevaría a su desaparición en Europa.

VI – Conclusiones. Todas las consideraciones que he realizado a lo largo de este spot y del anterior constituyen una síntesis sobre los procesos acaecidos en el inicio del Paleolítico superior en Europa por las poblaciones que en ella habitaban (HA y HAM). Sin embargo, quiero dejar claro que tales ideas deben manejarse con el cuidado y precaución que este tipo de estudios requieren. El conjunto de sus contenidos constituyen una nueva tesis, y las contradicciones o problemas que vayan apareciendo configurarán otra antítesis, que con el tiempo se remodelará con otra síntesis. Y es, dentro de este proceso dinámico a lo largo del tiempo, como debe de ser entendida, aceptada y, si es necesario, modificada. Aunque las modificaciones corren a cargo de todos los interesados en estos temas, y no sólo de los que tradicionalmente escriben sobre ellos, pues muchas veces en la defensa de sus creencias se peca de una subjetividad inconsciente pero real.


La bibliografía se encuentra en los artículos míos con referencia en Internet. Sólo indico los más trascendentes para la comprensión del texto.
* Bruner, E.; Manzi, G. y Arsuaga, J. L. (2003): Encephalization and allometric trajectories in the genus Homo: Evidence from the Neandertal and modern lineages. PNAS. 100 (26): 15335-15340.
* Cabrera, V.; Maillo, J. M.; Lloret, M. y Bernaldo de Quirós, F. (2001): “La transitión vers le Paléolithique supérieur dans la grutte du Castillo (Cantabrie, Espagne): la couche 18”. L´Anthropologie 105: 505-532.
* D'Errico, F.; Zilhao, J.; Julien, M.; Baffier, D. y Pelegrin, J. (1998): “Neanderthal acculturation in western Europe? A critical review of the evidence and its interpretation”. Current Anthropology, 39 (supl.): 1-44.
* Lévêque, F. (1993): Les données du gisement de Saint Césaire et la transition Paléolithique moyen/supérieur en Poitou-Charentes. En Cabrera (Edit): El origen del hombre moderno en el suroeste de Europa. UNED. Madrid.
* Maroto, J.; Vaquero, M.; Arrizabalaga, A.; Baena, J.; Carrión, E.; Jordá, J. F.; Martinón, M.; Menéndez, M.; Montes, R. y Rosell, J. (2005): Problemática cronológica del final del Paleolítico Medio en el Norte Peninsular. Neandertales cantábricos. Estado de la Cuestión. El Paleolítico Medio cantábrico: hacia una revisión actualizada de su problemática Museo de Altamira. Monografías, 20: 101-114. Santander.
* Mellars, P. A. (1999): “The Neanderthal problem continued”. Current Anthropology 40 (3): 341-50.
* Rigaud, J-P. (1996): «L’émergence du Paléolitique supérieur en Europe occidentale. Le rôle du Castelperronien ». En O. Bar-Yoseph, L. Cavalli-Sforza, R. March y M. Piperno (Eds.), The Lower and Middle Palaeolithic. Forli, ABACO, p 219-223.
* Straus, L. G. (2005) - A mosaic of change: the Middle–Upper Palaeolithic transition as viewed from New Mexico and Iberia. Quaternary International. Oxford. 137: 1, p. 47-67.
* Stringer, C. y Gamble, C. (1993): En busca de los Neandertales. Ed. Crítica. Barcelona.
* Zilhao, J. y D'Errico, F. (1999): “The chronology and taphonomy of the earliest Aurignacian and its implications for the understanding of Neandertal extintion”. Journal of World Prehistory.

domingo, 1 de julio de 2012

Inicio del Paleolítico superior. Tesis y antítesis

En el desarrollo de cualquier ciencia siempre se producen amplios y continuos enfrentamientos dialécticos entre los que tienen una visión de un problema y los que, no estando de acuerdo con ella, defienden otra con un carácter antagónico. La dialéctica lo define como el proceso en el que a una determinada concepción o tradición, entendida como tesis, se contrapone los problemas y contradicciones que ésta pudiera tener, siendo entendida como antítesis. De esta confrontación surge una resolución o una nueva comprensión del problema, constituyendo lo que ha denominado como síntesis. La primera y segunda parte de este proceso dialéctico encaja perfectamente con la polémica de la transición al Paleolítico superior en Europa, sobre el papel que en la misma tuvieron los humanos anatómicamente modernos (HAM) y los humanos neandertales (HN). Y digo de la primera y segunda parte porque de la síntesis parece que nadie quiere ni oír hablar, cada uno defiende su posición cada vez con mayor firmeza, buscando y resaltando los datos que pueda favorecer su postura. 

El desarrollo de esta tesis y antítesis sobre la transición paleolítica se ha realizado con los medios arqueológicos tradicionales, como son el estudio de los fósiles humanos y de animales, de la tecnología encontrada, de la estratigrafía de cada yacimiento con sus dataciones cronológicas y su relación con otros yacimientos, de las fuentes de materia prima, etc. Sin embargo, a pesar de que algunos de los problemas en discusión (conducta simbólica, de la cognición humana, del lenguaje, etc.) tienen un fundamento poco relacionado con ellos, son los únicos medios que se emplean en su análisis. Hay que tener en cuenta que son temas más relacionados con las ciencias que estudian estos conceptos (Psicología, Neurología, Biología evolutiva, Ciencias sociales, Genética, Lingüística, etc.) que con las meramente arqueológicas. No obstante, en el estudio de los datos temporales y geográficos (cuándo y dónde) de la conducta simbólica, los medios arqueológicos son aparentemente suficientes, pero en el análisis de las causas y formas de desarrollo (porqué y cómo) son claramente insuficientes. A pesar de ello, los autores ofrecen unas descripciones y puntos de vista ampliamente subjetivos que intentan explicar lo que ven o creen ver en los yacimientos. Cuando los datos son muy ambiguos, como es muy frecuente en la transición paleolítica, la polémica aparece con rapidez, las posiciones se enquistan y la ciencia requiere de una síntesis teórica para poder avanzar. Analizaré con más detalle estas posiciones encontradas.

Tesis

A finales del siglo pasado se elaboró una teoría sobre el origen de los HAM y de su expansión al resto del mundo (Out of Africa). En Europa aparecieron aspectos muy particulares, pues en este continente ya vivían los HN. Esta teoría expresa de forma muy generalizada la llegada de los HAM a Europa portando una cultura moderna y simbólica (Auriñaciense). Su influjo tecnológico, cultural y cognitivo dio lugar a una aculturación de los HN, lo que impulsó el desarrollo del Chatelperroniense y Uluzziense (ejemplos de culturas del Paleolítico superior). Tal visión fue interpretada casi como una verdadera invasión europea por los auriñacienses, aunque se desconocía totalmente dónde pudo originarse su cultura. Su éxito expansivo se fundamentaba en una aparente superioridad cognitiva y cultural sobre los neandertales, consecuencia de que éstos tenían unas capacidades cognitivas muy elementales que impedirían la posibilidad de una autóctona evolución conductual de base simbólica. Los escasos avances tecnológicos y simbólicos vistos en los HM (Chatelperroniense y Uluzziense) fueron adquiridos por influencia directa de los HAM. Esta relación fue denominada de diversas maneras: interacción cultural, aculturación, cambio transcultural, emulación. Pero siempre en el sentido de los HAM hacia los HN, aunque con diferente grado de influencia.

Los primeros yacimientos de los HAM se repartieron a lo largo del continente europeo, recibiendo el nombre de Auriñaciense, aunque con diferentes calificativos en función de sus características tecnológicas y aparentemente épocas (Auriñaciense de transición, Correziense, Auriñaciense 0, Arcaico, Fumaniense, Protoauriñaciense, Inicial, Antiguo, etc.). La tecnología lítica era la principal base de caracterización cultural, así como de su adscripción al Paleolítico superior (tecnología laminar). Los HAM con mejor tecnología y conducta simbólica (consecuencia directa de sus mayores capacidades cognitivas) fueron ocupando Europa, desplazando y marginando a los neandertales, los cuales no pudieron ver el peligro que para la supervivencia de sus poblaciones tal situación significaba, lo que acabó con su desaparición. Naturalmente, existían otras versiones sobre su desaparición sin ninguna base arqueológica, destacan las del genocidio a los HN o la de expansión de una enfermedad infecciosa para la cual los HN no tenían defensas inmunológicas que ofrecer.

Los datos que entonces se manejaban consistían principalmente en la certeza de las capacidades cognitivas de los HAM (las mismas que las nuestras en la actualidad), su mejor desarrollo tecnológico (lítico y óseo), las conductas claramente simbólicas (adornos) y las mejores y más amplias relaciones sociales (similitud cultural en la gran mayoría de los yacimientos definidos como auriñacienses, lejanas importaciones de materias primas, etc.). También, los estudios paleoantropológicos indicaban con claridad la gran diferenciación corporal y, más recientemente, neuroanatómica (Bruner, 2003), que se apreciaba entre los HAM y los HN. En este campo se añadía la falta de pruebas claras sobre una posible hibridación, lo que acentuaba la idea de que fueran dos especies diferentes. Se tenía claro la superioridad en todos los niveles de los HAM sobre los HN. Si aparecían reflejos de la conducta moderna entre los HN era por directa influencia, y por tanto copia, de las culturas asimilables a los HAM.

Problemas. Existían algunos problemas que por entonces no eran capaces de alterar el conjunto de la tesis entre la mayoría de los prehistoriadores, aunque no todos opinaban lo mismo.

- Perjuicios valorativos. La única forma de poder tener cierto conocimiento sobre las capacidades cognitivas de una población es analizando la conducta observada en sus yacimientos. Sin embargo, la antigua tradición arqueológica sobre el primitivismo de los HN, y ciertos perjuicios de un pensamiento a favor del alto grado de las capacidades cognitivas de los HAM, favorecía la tesis en la que la diferencia cognitiva era la explicación de los datos recogidos en los yacimientos. Aparentemente todo encajaba, obviándose lo que parecía que no se adaptaba.

- Se pensaba que los HAM llegaron a Europa ya con una tecnología Auriñaciense, aunque se desconociera totalmente dónde pudo originarse y desarrollarse. La falta de yacimientos (tanto en el Próximo Oriente como en Europa), que en su estratigrafía  reflejaran su evolución a partir del Musteriense, era la causa de tal apreciación. Su excusa era que aún no se habían descubierto, pero que deberían de existir, y tarde o temprano se encontrarían.

- Igualmente, las dataciones de los primeros yacimientos auriñacienses eran poco fiables (limitaciones del C-14 en ese periodo y falta de calibración de las fechas obtenidas), lo que dificultaba su correcta ubicación y la correlación temporal con los datos climáticos y de todos los yacimientos en conjunto.

- La tecnología de los primeros yacimientos auriñacienses a veces era muy imprecisa (sobre todo las más antiguas), apreciando relaciones musterienses con posibles connotaciones locales. Esto no encajaba con la llegada de una cultura más elaborada desde un lugar remoto y lejano.

- No existe una correlación paleoantropológica de los HAM con los primeros yacimientos auriñacienses.

 Antítesis.

Todas estas consideraciones sobre la superioridad de los HAM sobre los HN, y de la propia incapacidad en todos los niveles del neandertal, fueron despertando un sentimiento o apreciación de que la realidad no pudo ser tal y como la exponían los creadores de la teoría de Out of Africa. Ya desde los primeros momentos de su divulgación teórica, diversos autores interesados con el periodo de la transición paleolítica no estaban de acuerdo, opinando que los HN tuvieron un papel en dicha transición mucho más importante.

Se comprobó que la perduración temporal de los HN fue mucho más prolongada que la que se decía en un principio, tal como se deducía de las dataciones musterienses del sur de la Península Ibérica, y posteriormente de la Cornisa cantábrica, pudiendo llegar sobre los 30.000 BP. Los enterramientos musterienses atribuidos al Neandertal fueron considerados como una conducta que desmentía la falta de simbolismo de estos humanos. Igualmente, se empezaron a conocer un desarrollo lítico de carácter laminar en el Paleolítico medio avanzado, que sin duda en Europa sería de los HN. Se comenzaron a rechazar formalmente el aspecto de brutalidad, incompetencia y bestialidad que se le había atribuido desde los primeros hallazgos de sus fósiles. Incluso se vio en la conducta del Neandertal unas formas propias y originarias de las culturas modernas como es la creación de adornos y el desarrollo de la tecnología ósea (Chatelperroniense y Uluzziense), que pudieron aparecer en el inicio del Paleolítico superior con anterioridad de la llegada de los HAM. Así, se publicaron una serie de artículos (p. e. D´Errico et al. 1998; Zilhão y D´Errico, 1999) que indicaban la primacía e independencia del Chatelperroniense y Uluzziense, así como de su atribución al Neandertal, mientras que el Auriñaciense se desarrollaría con posterioridad, tanto en su tecnología como en su simbolismo.

Para ello había que afrontar el problema de las antiguas dataciones de diversos yacimientos correspondientes a un Auriñaciense arcaico, Protoauriñaciense o Auriñaciense 0. Estos autores daban al Chatelperroniense una cronología de 38-33.000 BP, aunque algunas dataciones pudieran indicar una antigüedad aún mayor. Paralelamente, se proponía que el Auriñaciense no apareció en Europa antes del 36.500 BP ¿Cómo se compaginaban estos datos con las altas dataciones de los más antiguos yacimientos atribuidos al Auriñaciense de los HAM? Se realizó una revisión de estos antiguos registros arqueológicos, con el fin de comprobar si existían suficientes motivos para invalidarlos como antecedentes de la cultura moderna en Europa. Los autores de tal crítica observaron que muchas de estas excavaciones se realizaron hace años con métodos no muy actuales, dando lugar a graves alteraciones en la interpretación y exposición estratigráfica, así como la existencia de su alteración por mecanismos postdeposicionales (tafonómicos, estratigráficos y cronológicos). De tales artículos se obtienen las siguientes críticas:

* El Castillo (España). Crítica tecnológica, pues el nivel 18 no es homogéneo y sus dataciones corresponden a una cultura Musteriense o Chatelperroniense. Sin embargo, los excavadores actuales de la cueva (Cabrera et al. 2001) indican que son Auriñaciense, pero realizados por los HN, lo que sin duda complica más el panorama al introducir una tercera teoría sobre la transición paleolítica. Lo denominaron Auriñaciense de transición.
* L´Arbreda (España). Crítica tafonómica, por contaminación de los niveles debido a los osos que alteraron su estratigrafía y la correcta ubicación de sus materiales. Así, las dataciones corresponderían al Musteriense o Chatelperroniense.
* La Viña y Abri Romaní (España), junto con Isturiz (Francia), tienen una cronología del 36.500BP, por lo que no plantean problemas con su modelo.
* Reclau Viver (España). Crítica tecnológica. La fecha del 40.000±1.400 BP del fondo del nivel A (sobre roca madre) corresponde al Chatelperroniense, por la existencia de 2 puntas de chatelperron.
* Trou Magrite (Bélgica). Crítica de contaminación estratigráfica, del nivel 2 (superior) al 3 (inferior). Se encuentran puntas foliáceas y raspadores aparentemente auriñacienses, pero que se asemeja más al Szeletiense de Centroeuropa que al Auriñaciense.
* Geissenklösterle (Alemania). Crítica tafonómica. Indican alteraciones postdeposicionales con descensos de materiales del nivel II al III, sobre todo de los raspadores carenados y de hocico, y de cuentas de marfil. La industria lítica del nivel III se parece más al Bohuniciense que al Auriñaciense.
* Willendorf II (Austria). Crítica tecnológica. Sus conjuntos son pobres sin clara relación con protoauriñaciense y los HAM. Podría ser una evolución local hacia el nivel 2 (con adornos) similar a la del Chatelperroniense.
* Istallöskö (Hungría). Crítica cronológica. Su antigua datación de 44.000BP ha sido rechazada categóricamente, en vista de la verdadera relación cronológica con el Auriñaciense del lugar.
* Grotta Fumane (Italia). Crítica cronológica. Su antigua datación (de un hogar) del 40.000 BP, no se confirma, las demás sobre el 37.000 BP son similares a La Viña, Isturiz y Abri Romaní.
* Bacho Kiro (Bulgaria). Crítica tecnológica. Su nivel 11 (38.500 BP) no es Auriñaciense, pues los conjuntos son pobres sin laminitas Dufour ni raspadores carenados. Algunas láminas con finos retoque pueden estar relacionadas con el Auriñaciense, sería un nivel auriñacoide. La parte superior del nivel 11 sería el límite inferior del Auriñaciense local.
* Temnata (Bulgaria). Crítica tecnológica. Sólo se encuentran raspadores simples sobre láminas espesas, faltando los raspadores carenados o en hocico, hojitas Dufour, buriles. Los conjuntos transicionales antiguos (38-39.000 BP), tanto estos como en el Uluzziense y el Chatelperroniense, están situados debajo del Auriñaciense.
* Üçagizli (Turquía). Crítica tecnológica. Está más próximo al Ahmariense que al Auriñaciense.



Con las dudas establecidas en los yacimientos que se habían atribuido a los primeros asentamientos de los HAM, aquellas que eran más antiguas del 36.000 BP se atribuyeron a los HN, otorgándoles todo el desarrollo cognitivo y simbólico que en ellos se reflejaba. La única explicación de tal hecho es que ambas poblaciones tendrían que tener las mismas capacidades cognitivas, así como una forma de desarrollo de las mismas muy parecidas, si no eran iguales.

La controversia sobre las dos opciones ha continuado hasta la actualidad, aunque los partidarios de la atribución a loa HN han visto incrementar sus posiciones con el descubrimiento de la complejidad tecnológica y simbólica en fechas muy recientes. Destaca en el registro arqueológico para el periodo 50.000-40.000 BP de las prácticas solidarias de HN con sus congéneres, discapacitados y mayores, lo que implica un importante desarrollo social. La organización espacial con zonas de hogares y dormitorio (p. e. Esquilleu, Romaní), caza con cierto nivel de organización, prácticas de enterramiento, parecidas formas de industria lítica que los HAM del mismo periodo. Complejo desarrollo tecnológico, como los objetos de madera y las técnicas de su unión a las puntas líticas (bitumén), uso de fuego como fuente de calor, así como para cocinar y transformar las propiedades de los materiales, capacidad de evolucionar del PM a PS. Posibles adornos de plumas y colorantes con valor simbólico como se ha los yacimientos de Grotta di Fumane (Italia), Cueva de los Aviones, la Cueva Antón y la Sima de Las Palomas (Murcia, España), etc. Todo esto ofrecía un panorama que, visto en conjunto y sin otros matices del periodo y de épocas posteriores, eran muy parecidas  a las que podrían encontrar en los yacimientos atribuidos a los HAM.
Las diferencias corporales y neuroanatómicas que indican diferenciación biológica y posiblemente cognitiva, quedaron hasta cierto punto superadas gracias al estudio del ADN de fósiles de HN. La comprobación de una pequeña hibridación en el Próximo oriente durante el Paleolítico medio, aunque no en la transición europea, sirvió para indicar la pertenencia de las dos poblaciones a un mismo taxón. En este contexto, solo quedaba la solución de que las capacidades cognitivas que permitían la conducta simbólica y moderna ya estaban presentes en el ancestro común del cual derivaban evolutivamente (D´Errico et al. 2011). 

La discusión, a pesar de tratar temas carácter plenamente psicobiológicos (cognición, simbolismo), siempre ha estado dentro de los parámetros doctrinales de la Arqueología tradicional. Así, la nueva antítesis se basaba en la nueva revisión crítica sobre la incorrecta o equivocada atribución temporal y de población de los datos encontrados en los estratos correspondientes a este periodo de transición paleolítica; así como de los datos que indicaban que los HN tenían una conducta compleja y simbólica.

Problemas. Igual que en el caso de la tesis anterior existen una serie de problemas que no parecen ofrecer a los seguidores de esta antítesis suficiente base teórica que impida reafirmarse en sus contenidos.

- La ausencia de fósiles de HAM más antiguos del 35.000 BP. Refuerza la idea de que todo lo anterior a ella es obra de los HN. Sin embargo, hay que notar que estos niveles Auriñacienses anteriores a los HAM tampoco tiene fósiles que avalen la teoría del HN.

- La supuesta evolución local desde un Musteriense presenta muchas dudas en los primeros asentamientos denominados como Auriñacienses, y que forman la principal crítica de los autores de esta antítesis. En la estratigrafía de sus primeros yacimientos vemos que algunos de ellos no hay niveles del Musteriense ni del Chatelperroniense (Reclau Viver, La Viña, Willendorf II, Istallöskö). Otros, están claramente separados por un nivel estéril del estrato inferior Musteriense (Abrí Romaní, El Castillo, Trou Magrite, Geissenklösterle y Temnata). En los restantes el Auriñaciense arcaico se sitúa directamente sobre el Musteriense o Chatelperroniense, pero hay una gran diferenciación cultural (Bacho Kiro) o existe entre ellos un estrato de dudosa interpretación, como mezcla o indiferenciado (L´Arbreda, Morín, Isturitz, Grotta Fumane y Abri Mochi). De estos 15 yacimientos parece desprenderse la idea de que el Auriñaciense arcaico en muchos casos no tiene una relación directa con el Musteriense o Chatelperroniense, pues sólo un 40% del total está en contacto directo con ellos, y aún así la mayoría de estos yacimientos tienen una diferenciación cultural, una dudosa evolución cultural local o parece existir una mezcla de niveles. Parece que estos yacimientos se localizan más en lugares vacíos que repoblar (Stringer y Davies, 2001) que en zonas muy habitadas por los HAM.

- Aún admitiendo la complejidad conductual y simbólica de los HN la elaboración de una evolución cultural y simbólica de los HN que acaparase todos los datos anteriores al 35.000 BP deja la evolución cultural de los HAM con un vacío arqueológico difícil de sostener. Todas las poblaciones humanas (por supuesto los HN y HAM) presentan un continuum en su evolución cultural. Así, existe el peligro de etiquetación cultural por unos fósiles directores o guías (p.e. punta chatelperron en el Chatelperroniense) que no justifican todo el desarrollo cultural y simbólico (adornos) que con el tiempo pudieran alcanzar cualquier población humana. Cada cosa tiene sus necesidades y tiempo de realización, lo que hay que estudiar.

- Se plantea una artificiosa atribución cultural a las poblaciones humanas. Si los HN fueron los creadores del Auriñaciense de transición y de los yacimientos más antiguos del 36.000 BP, ¿cómo puede articularse su existencia ampliamente extendida por Europa, rodeados de yacimientos principalmente musterienses, y menos chatelperronienses y uluzzienses, con una tipología totalmente diferente y similar a otras de los Zagros (Baradostiense) y que parece formar parte del continuum del Auriñaciense que después del 36.000 BP será exclusivo de los HAM? 

- El simbolismo (adornos) tiene unos caracteres muy restringidos geográficamente. Del Chatelperroniense conocemos unos 125 yacimientos en Francia y la Península Ibérica (Demars, 1996; D´Errico et al. 1998), lo que sin duda supone una adecuada muestra poblacional de tal tecnología. No obstante, el carácter moderno de su conducta (reflexividad y flexibilidad manifestados por la tecnología ósea y la creación se adornos) es muy restringido, pues los adornos quedan limitados a seis yacimientos, la mayoría de ellos situados en la periferia del núcleo principal de yacimientos chatelperronienses (centro y SO de Francia). Su distribución geográfica puede relacionarse con la evolución simbólica de los HAM, pues los yacimientos de Châtelperron, Grotte du Renne y Roche-au-Loup se sitúan a 450 Km de los yacimientos Auriñacienses de Alemania (Vogelherd o Geisseklöosterle), precisamente con parecidos adornos (Harald, 2003; Mellars et al., 2007). Por su parte, Cauna de Belvis se sitúa muy cerca del Mediterráneo donde los protoauriñacienses usaban frecuentemente las conchas como adornos (Mellars, 2005). Roc de Combe y Roche de Quinçay, yacimientos con adornos, se encuentran en el núcleo de mayor densidad poblacional de los neandertales.


- Pasa lo mismo con la tecnología ósea que es sencilla y cuidadosamente tallada, aunque presenta una distribución geográfica muy limitada al encontrarse sólo en siete yacimientos franceses (Brassempouy, Châtelperron, Grotte du Renne, Laussel, Roc-de-Combe, Roche-au-Loup y Trou de la Chèvre) (D´Errico et al., 1998).


- Se produce en Europa una transición muy artificiosa, más oscura que antes, con el desplazamiento del problema hacia otras partes (la de los HAM). Es decir, no se ofrece una teoría general sobre la transición europea, es como dice el refrán “desnudar un santo para vestir otro”. Se facilita un continuum cultural a los HN, pero  se difumina o se ignora el correspondiente a los HAM.

- La única explicación posible es la hipótesis formulada por algunos autores de esta antítesis como del “día de Acción de Gracias”. Se basa en la fiesta de los EEUU conmemorativa de la salvación de los colonos ingleses gracias a la ayuda recibida de los indios americanos, que enseñaron a éstos como sobrevivir en aquellas tierras. El símil es parecido, pues indican que posiblemente fueron los HN quienes enseñaron a los HAM a sobrevivir en el cambiante clima del Würm reciente. Los HAM usaron la tecnología del denominado Auriñaciense de transición como pauta de su desarrollo tecnológico, pues es la única explicación (sin duda muy forzada y sin ninguna prueba) de que los HN crearan una tecnología lítica y ósea con unas características determinadas y que su desarrollo lo realizaran los HAM. Es una hipótesis publicada sólo en revistas de divulgación científica (National Geographic, 2003), pero no en las denominadas como científicas de pleno derecho.

- La importante diferenciación corporal y neuroanatómica (endomoldes) existente entre las dos poblaciones, la certeza de que provenían evolutivamente de un ancestro común de unos 500.000 años de antigüedad, indicaban que podrían tener unas capacidades cognitivas diferentes. La similitud cognitiva solo sería posible si en ese ancestro común estuvieran presentes tales cualidades, lo que no se aprecia en absoluto en el estudio de su conducta.


El tema al ser demasiado amplio para una sola entrada, he decidido que la síntesis la desarrollaré en la próxima (Inicio del Paleolítico superior. Síntesis).


* Bruner, E.; Manzi, G. y Arsuaga, J. L. (2003): Encephalization and allometric trajectories in the genus Homo: Evidence from the Neandertal and modern lineages. PNAS, 100 (26): 15335-15340.
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* D'Errico, F.; Zilhao, J.; Julien, M.; Baffier, D. y Pelegrin, J. (1998): “Neanderthal acculturation in western Europe? A critical review of the evidence and its interpretation”. Current Anthropology, 39 (supl.): 1-44.
 * D’Errico, F. y Stringer, Ch. B. (2011): “Evolution, revolution or saltation scenario for the emergence of modern cultures?” Philosophical Transactions B. 366, 1060–1069.
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* Rivera, A. (2003-2004): “La conducta simbólica humana: Nueva orientación metodológica”. Espacio, Tiempo y Forma. Serie I, Prehistoria y Arqueología. UNED. 16-17, pp. 313-335.
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