Recientemente se ha publicado en la revista Current Biology un artículo sobre el cerebro de los neandertales y de los HAM (humanos anatómicamente modernos) al nacer, comparando anatomía en ese momento y evaluando su crecimiento durante su etapa posterior. Al nacer presentaban aproximadamente el mismo tamaño y morfología, es decir, eran muy similares. Pero durante el primer año se producía una variación anatómica que diferenciaba a las dos poblaciones humanas, configurando la característica estructura ósea adulta de cada uno de ellos.
El estudio se fundamenta en el análisis de los endomoldes (molde interno del cráneo en estudio) de los diversos fósiles que de ambas poblaciones existen en la actualidad, desde los recién nacidos hasta edades adultas. Los autores del programa indican que las diferencias observadas en el desarrollo del cerebro podrían reflejar los cambios en el circuito cerebral subyacente y, por tanto, la capacidad cognitiva dependiente de la organización interna del cerebro. Las conexiones entre las diversas regiones cerebrales que se establecen en los primeros años de vida son importantes para las funciones sociales, emocionales y comunicativas superiores. Al presentar diferencias en la estructura anatómica, es posible que se reflejase en la organización interna de los circuitos neuronales de los neandertales, por lo que es improbable que estos vieran el mundo de igual forma de cómo lo hacen los HAM.
En el estudio se indica que la existencia de diferencias cognitivas entre HAM y neandertales es objeto de controversia entre paleoantropólogos y arqueólogos. Debido a que el rango de tamaños cerebrales en neandertales se solapa con el de los HAM, muchos investigadores han asumido que las capacidades cognitivas de las dos especies eran similares, lo que no se ajusta a lo indicado en este artículo. El cráneo de los neandertales continúa con las formas características de nuestro género (alargado), mientras que la forma de los HAM se hace más globulosa en las primeras etapas del desarrollo. Este hecho indica un desarrollo cerebral diferente en esta temprana edad, consecuencia de un aumento del volumen cerebral diferente. Hay que indicar que en estas etapas es el hueso del cráneo el que se adapta a los cambios anatómicos cerebrales, para tener un ajuste perfecto (dentro de los límites fisiológicos). Esto indica la existencia de dos desarrollos ontogénicos diferentes. Los investigadores continúan indicando que esta nueva visión del desarrollo del cerebro humano podría arrojar luz sobre los resultados de una reciente comparación de los genomas de HAM y neandertales. Especulan que se produjo una mutación del patrón ancestral del desarrollo cerebral en los inicios del Homo sapiens, cuya consecuencia fue la reorganización cerebral y las diferencias cognitivas asociadas a este nuevo patrón de crecimiento, constituyendo una selección positiva en los HAM.
En el estudio se indica que la existencia de diferencias cognitivas entre HAM y neandertales es objeto de controversia entre paleoantropólogos y arqueólogos. Debido a que el rango de tamaños cerebrales en neandertales se solapa con el de los HAM, muchos investigadores han asumido que las capacidades cognitivas de las dos especies eran similares, lo que no se ajusta a lo indicado en este artículo. El cráneo de los neandertales continúa con las formas características de nuestro género (alargado), mientras que la forma de los HAM se hace más globulosa en las primeras etapas del desarrollo. Este hecho indica un desarrollo cerebral diferente en esta temprana edad, consecuencia de un aumento del volumen cerebral diferente. Hay que indicar que en estas etapas es el hueso del cráneo el que se adapta a los cambios anatómicos cerebrales, para tener un ajuste perfecto (dentro de los límites fisiológicos). Esto indica la existencia de dos desarrollos ontogénicos diferentes. Los investigadores continúan indicando que esta nueva visión del desarrollo del cerebro humano podría arrojar luz sobre los resultados de una reciente comparación de los genomas de HAM y neandertales. Especulan que se produjo una mutación del patrón ancestral del desarrollo cerebral en los inicios del Homo sapiens, cuya consecuencia fue la reorganización cerebral y las diferencias cognitivas asociadas a este nuevo patrón de crecimiento, constituyendo una selección positiva en los HAM.
Cráneos de Neandertal y Humano anatómicamente moderno |
Los recientes datos obtenidos del ADN del Neandertal parecen indicar la existencia de cierto cruce de estas poblaciones en el Próximo Oriente durante el Paleolítico Medio, pero la ausencia del mismo durante el Paleolítico Superior en la que convivieron en Europa puede deberse a la existencia de diferentes desarrollos cognitivos (emocionales y racionales. Motivación) que dificultaran su relación social. El concepto de especie se limita a la descendencia común fértil, no dice nada sobre la necesidad de igualdad de otras capacidades (físicas y/o cognitivas. Hibridación entre neandertales y cromañones).
El problema recae sobre la Arqueología, pues es la conducta general de cada población la que nos puede dar pistas sobre el resultado conductual del desarrollo de sus respectivas capacidades cognitivas. La Paleoneurología poco puede aportar en este sentido, pues sus bases de datos (endomoldes y comparaciones con cerebros actuales) sólo puede comprobar las diferencias anatómicas (como en el estudio) pero no funcionales. Sus manifestaciones teóricas se limitarían a establecer tales diferencias y establecer posibles tendencias conductuales, que siempre tendrán que comprobarse por la conducta desarrollada.
Este problema, ya analizado en otras entradas (¿Quién creó el Paleolítico Superior?) sitúa la dialéctica actual sobre este periodo en una controversia en la que parece que interesa más mantener o demostrar teorías preestablecidas, que conocer la realidad de lo que pudo pasar. Que el Neandertal y los HAM son seres humanos muy desarrollados cognitivamente y con conductas complejas, entre las que se encuentran la simbólica (al menos en sus primeros desarrollos), creo que actualmente difícilmente se puede tener la menor duda de tal realidad. Pero, paralelamente, hay que admitir que son el resultado evolutivo de dos procesos aislados y separados geográficamente en más de 500.000 años, cuyo resultado no puede ser igual, aunque sí semejante. Lo más lógico es que sus respectivas conductas sean semejantes hasta que las diferencias cognitivas (emocionales y racionales) que evolutivamente hayan obtenido, les marque los límites o les lleven por caminos conductuales diferenciados. Ante el problema de tener que convivir en una misma zona geográfica (Europa), o se cruzaban (lo que parece que no sucedió) o uno de ellos emigraba o desaparecía.
Las causas no son del calibre de ser más listo o menos tonto, sino que de la resultante del conjunto de sus capacidades cognitivas (insisto: tanto las racionales como las emocionales) en la supervivencia diaria como población, las de uno fueron más adaptativas que las del otro, lo que le condenó a su extinción (selección natural).
Hay que insistir en comprender la realidad de las dos poblaciones, pues ni los neandertales eran como los HAM, ni estos pensaban y actuaban como las sociedades humanas modernas actuarían en épocas posteriores. Tener unas capacidades cognitivas no implica directamente su desarrollo, sino que este se produce gracias las características del medio ambiente (geográfico, climático, social, cultural, simbólico, lingüístico, etc.), las cuales hay que ir creando poco a poco, constituyendo el continuum característico de las evoluciones culturales humanas.
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