Recientemente se ha publicado en diversos medios de comunicación científica (p. e. El País), dos artículos de la revista Science sobre el origen del comportamiento moderno humano.
El primero (Adam Powell y colegas. University College de Londres) indica que tal proceso se debería al aumento de la densidad poblacional, las migraciones y las interacciones entre los subgrupos sociales lo que habría provocado el surgimiento de la complejidad simbólica y tecnológica en el comportamiento humano -primero en África, y después en Europa- y no necesariamente los cambios biológicos en la capacidad cognitiva.
El segundo (Samuel Bowles. Instituto de Santa Fe, EE UU) estudia es la guerra, entendida ésta como conflictos violentos intergrupales. Las prácticas bélicas pudieron favorecer la supervivencia de grupos humanos que contuvieran más individuos altruistas dispuestos a poner en peligro su propia vida si ello aporta beneficios para su propio grupo. dice: estudia es la guerra, entendida ésta como conflictos violentos intergrupales. Las prácticas bélicas pudieron favorecer la supervivencia de grupos humanos que contuvieran más individuos altruistas dispuestos a poner en peligro su propia vida si ello aporta beneficios para su propio grupo.
Es curioso como ideas admitidas desde hace tiempo por numerosos autores, nos las vuelven a ofrecer como un nuevo descubrimiento. Que la densidad de población e interacción social son componentes fundamentales en el desarrollo cultural, y desde luego en el inicio de la conducta moderna y simbólica, es un factor asumido y difundido en el estudio de la conducta humana. Pero que tal condición fuera la única necesaria para el logro conductual humano, no parece tener mucho fundamento. Tal opinión parece ser un reduccionismo exagerado, pues sin duda el cambio conductual se debe a un proceso multifactorial, en el que el aumento de la población y su correspondiente interacción sería uno de sus principales componentes, pero no el único.
Los otros factores los componen las necesarias capacidades cognitivas que la evolución ofrece a cada especie, y el acervo cultural que se fue desarrollando durante todo el Paleolítico (lingüístico, social, simbólico, tecnológico, etc.). El desarrollo evolutivo de los humanos modernos aporta las capacidades cognitivas que nos caracterizan, sólo faltaba el medioambiente necesario para su desarrollo, el cual se componía de todo lo aprendido de sus ancestros evolutivos (lenguaje, tecnología, relaciones sociales, logística, etc.) y, desde luego, una densidad poblaciones adecuada para favorecer la interacción y desarrollo social.
Las capacidades cognitivas, el acervo cultural y social previo y adecuado, junto con una densidad poblacional idónea, son los factores que propician el inicio de la conducta moderna. Cuando estos factores se den a la vez y en estrecha interrelación, sería cuando se iniciaría la conducta moderna. Como es lógico tal hecho no tuvo lugar a la vez en las diversas áreas geográficas de hábitat humano, lo que explica la heterogénea (en el tiempo y en el espacio) aparición de las conductas modernas. El hecho de indicar la guerra como causa de tal desarrollo, no deja de ser una teoría, pero sin ningún fundamento científico que lo avale, salvo el de ser un ejemplo más de un tipo de interacción humana.
El primero (Adam Powell y colegas. University College de Londres) indica que tal proceso se debería al aumento de la densidad poblacional, las migraciones y las interacciones entre los subgrupos sociales lo que habría provocado el surgimiento de la complejidad simbólica y tecnológica en el comportamiento humano -primero en África, y después en Europa- y no necesariamente los cambios biológicos en la capacidad cognitiva.
El segundo (Samuel Bowles. Instituto de Santa Fe, EE UU) estudia es la guerra, entendida ésta como conflictos violentos intergrupales. Las prácticas bélicas pudieron favorecer la supervivencia de grupos humanos que contuvieran más individuos altruistas dispuestos a poner en peligro su propia vida si ello aporta beneficios para su propio grupo. dice: estudia es la guerra, entendida ésta como conflictos violentos intergrupales. Las prácticas bélicas pudieron favorecer la supervivencia de grupos humanos que contuvieran más individuos altruistas dispuestos a poner en peligro su propia vida si ello aporta beneficios para su propio grupo.
Es curioso como ideas admitidas desde hace tiempo por numerosos autores, nos las vuelven a ofrecer como un nuevo descubrimiento. Que la densidad de población e interacción social son componentes fundamentales en el desarrollo cultural, y desde luego en el inicio de la conducta moderna y simbólica, es un factor asumido y difundido en el estudio de la conducta humana. Pero que tal condición fuera la única necesaria para el logro conductual humano, no parece tener mucho fundamento. Tal opinión parece ser un reduccionismo exagerado, pues sin duda el cambio conductual se debe a un proceso multifactorial, en el que el aumento de la población y su correspondiente interacción sería uno de sus principales componentes, pero no el único.
Los otros factores los componen las necesarias capacidades cognitivas que la evolución ofrece a cada especie, y el acervo cultural que se fue desarrollando durante todo el Paleolítico (lingüístico, social, simbólico, tecnológico, etc.). El desarrollo evolutivo de los humanos modernos aporta las capacidades cognitivas que nos caracterizan, sólo faltaba el medioambiente necesario para su desarrollo, el cual se componía de todo lo aprendido de sus ancestros evolutivos (lenguaje, tecnología, relaciones sociales, logística, etc.) y, desde luego, una densidad poblaciones adecuada para favorecer la interacción y desarrollo social.
Las capacidades cognitivas, el acervo cultural y social previo y adecuado, junto con una densidad poblacional idónea, son los factores que propician el inicio de la conducta moderna. Cuando estos factores se den a la vez y en estrecha interrelación, sería cuando se iniciaría la conducta moderna. Como es lógico tal hecho no tuvo lugar a la vez en las diversas áreas geográficas de hábitat humano, lo que explica la heterogénea (en el tiempo y en el espacio) aparición de las conductas modernas. El hecho de indicar la guerra como causa de tal desarrollo, no deja de ser una teoría, pero sin ningún fundamento científico que lo avale, salvo el de ser un ejemplo más de un tipo de interacción humana.
Creo que todas las ideas expuestas en este blog ofrecen una versión mejor fundamentada que la vista en tales artículos, pues con el carácter multidisciplinar que aplico se intenta disminuir la subjetividad que se aprecia en tales artículos.
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