domingo, 21 de junio de 2009

La conducta moderna entre los Cromañones.

Hasta ahora he comentado las posibles características simbólicas de los neandertales, así como su papel en el inicio del Paleolítico Superior. Sin embargo, hay algunos aspectos arqueológicos de gran importancia que no se han tenido en cuenta. Serían su relación con los HAM, el papel de estos en el inicio de la conducta moderna en Europa, y su propio desarrollo cultural con las características de modernidad y simbolismo. No obstante, hay que admitir que en el presente no tenemos todas las claves que nos puedan explicar tan interesantes procesos históricos, pero puede que si existan indicios que nos indiquen el camino a seguir para su comprensión, al menos con un nivel de certeza mínimamente aceptable.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que todos los condicionantes y características del desarrollo cognitivo y de la conducta simbólica que ya hemos visto y aplicado a los neandertales, imprescindiblemente hay que aplicarlos al desarrollo cultural de los HAM. Las dos poblaciones pertenecen al género Homo, con antepasados comunes y cierta separación evolutiva (500.000 años), por lo que presentan una base neurológica y psicológica con los mismos patrones de estructuración y desarrollo. Lo que puede que no sean iguales serían el nivel de capacidad de algunas de sus cualidades cognitivas, lo que hay que intentar estudiar por medio de un estudio racional y metodológico de su conducta. El desarrollo cultural y simbólico de los HAM fue igualmente un complejo proceso con las características de un continuum evolutivo, que a su vez dependería de las características medioambientales (culturales, demográficas, sociales, tecnológicas, lingüísticas, etc.) en el cual se vivía.

A finales del Paleolítico Medio la conducta de los HAM no tenía las características modernas en el Próximo Oriente, mientras que en el Sur de África parece que aparecieron con claridad conductas con patrones modernos. Cada zona tendría sus propias cualidades medioambientales, y la distancia impediría la posibilidad de relación y comunicación compensadora.

No obstante, siempre se ha comentado que la modernidad la trajeron los HAM a Europa con su cultura del Auriñaciense. Pero desconocemos totalmente su inicio y desarrollo fuera del continente europeo. Cada vez parece más claro que se trata de una generalización (como muchas otras) de la teoría del “Out of Africa”. De esta generalización se han tenido como ciertas interpretaciones arqueológicas con un fundamento casi inexistente:

* Es el caso se afirmar que los HAM entraron en Europa con un Auriñaciense (más o menos inicial, arcaico o protoauriñaciense), pero sólo una cultura que caracterizaba a los HAM. Se atribuía a tales poblaciones una unidad tecnológica (tipológica en especial, y tecnológica con aspectos más generales). Casi fue una cultura monolítica, de origen desconocido, que "invadió" Europa exterminando cruelmente a los indígenas de la época (neandertales). El testimonio arqueológico sobre el que se sustenta tales ideas, estaba más en la mente de los que apoyaban estas ideas, que en los datos obtenidos de los yacimientos.

* Con estas ideas, toda cultura que no fuera claramente auriñaciense debía de ser atribuida a los neandertales (Chatelperroniense, Uluzziense, Szaletiense, Bohuniciense, Bachokiriense, etc.). Lo que tampoco tenía un fundamento adecuado, pues se sostenía con la aceptación de la primera premisa.


La objetividad se perdía, puede que en los dos bandos, al aceptar o no la teoría del "Out of Africa" tal y como la expusieron en un principio sus autores (p. e. Stringer y Gamble, 1996), o negar su realidad arqueológica en la parte referente a Europa (D´Errico et al. 2003).

La figura indica posibles rutas de dispersión de los HAM desde el Próximo Oriente a Europa. Actualmente ya no se explica el cambio con tal sencillez expositiva, sino que cada vez se extiende más la idea de una población moderna en Europa con una cultura del Paleolítico Superior inicial (IUP), pero de características aún indeterminadas. Incluso de varios caminos y tendencias culturales a la vez (Mellars, 2005).


El inicio de la cultura moderna de los HAM (que no la tenían en el Próximo Oriente, o áreas más amplias de Asia) dependería del medio ambiente en el que vivan, de sus interacciones sociales y demográficas, de su acervo cultural y lingüístico, y de sus propias capacidades cognitivas. Todo ello sería, sin ningún género de duda, un continuum heterogéneo de desarrollo cultural.

Lo que hay que buscar en el registro arqueológico de Asia y Europa son cambios conductuales con estas características, y de naturaleza diferente (o al menos con signos de obedecer a unos parámetros de evolución conductual distintos del característico de los neandertales).

Es decir, la clave para entender el inicio de la población humana moderna no estaría en buscar a toda costa un Auriñaciense (siempre de naturaleza tipológica y tecnológica) que indicase su intromisión en el continente, sino en intentar ver ese continuum cultural en datos arqueológicos de características arqueológicas diferentes al prototipo de los neandertales, y que pueda relacionarse (aunque sea tecnológica y tipologicamente) con alguna forma inicial del Auriñaciense.


Estudiaremos conductas de todo tipo, no sólo sus manifestaciones tecnológicas. Naturalmente, si seguimos las líneas de la Arqueología cognitiva, veremos que lo que caracteriza realmente al Paleolítico Superior son los cambios de conducta con los aspectos de reflexividad y flexibilidad, y no su simple cambio tecnológico hacia el uso de láminas, lo que ya se conocía con limitaciones en el Paleolítico Medio (aunque si es cierto que su desarrollo y estandarización se produjo con el inicio del Paleolítico Superior).


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