domingo, 25 de noviembre de 2012

Colin Renfrew




Como dije en la anterior entrada (metodología de la Arqueología cognitiva), voy a ir exponiendo las teorías y problemas que tienen los autores que se han dedicado a esta orientación arqueológica. El primer trabajo teórico sobre las posibilidades de hacer una arqueología cognitiva lo realiza Andrew Colin Renfrew (1982). Su idea es la de obtener respuestas sobre cómo proceder al reconocimiento de las características de la conducta inteligente a través de los restos materiales (Renfrew, 1993).


I. Desarrollo teórico

Para Renfrew la Arqueología Cognitiva tiene como objetivo la búsqueda del significado que los símbolos y representaciones tuvieron para aquellos que los utilizaron o entendieron (Renfrew, 2005). Por tanto, en un principio se enfoca en los símbolos, incluidos el arte y la escritura, pero primordialmente en los símbolos y representaciones como parte del pensamiento y de la inteligencia de la especie humana desde una perspectiva y un contexto arqueológico, como lo es la comprensión, la representación, la descripción y otras manifestaciones icónicas de su realidad. Este tipo de estudio del pensamiento humano debe de tener un aspecto interdisciplinario, por lo que lo liga principalmente a la Psicología, Etología, Inteligencia artificial y a la Neurociencia, pero involucrando a la Arqueología, como medio de conocer la mente de tiempos pasados. Indica tres aspectos principales en sus estudios: La naturaleza de la conducta inteligente; los métodos para reconocer tal conducta en el registro arqueológico, y los procedimientos para hacer inferencias sobre esta conducta a partir de los datos arqueológicos.

En sus intentos de establecer una correlación del pensamiento humano y los datos arqueológicos descubre lo que ha denominado como sapient paradox. Conocemos que la base biológica de nuestra especie se estableció hace unos 200.000 años, mientras que las primeras muestras arqueológicas de un comportamiento sabio (simbólico y complejo) no aparecen hasta fechas que sitúa sobre el 60.000 BP (p.e. en Africa en Bomblos), pero las conductas propias de nuestro sabio cerebro no se establecieron hasta mucho después (hace 10.000 años). Con esta fundamental premisa las conductas con un complejo simbolismo (religión, lenguaje, arte, etc.) se ven como trayectorias de un desarrollo cultural en lugar de una innata capacidad biológica. Por tanto pueden clasificarse de productos emergentes o emergencia conductual (Renfrew, 2008).

Busca en las características neurológicas de nuestro cerebro la explicación de tan paradójica situación. Se debe a las características plasticidad neuronal de nuestro cerebro, el cual se adapta a las condiciones en las que vive, sobre la base de la socialización de la experiencia compartida. La plasticidad y la socialización son las que van a modular el cerebro de los niños por medio del aprendizaje, con el que aprenden la cultura de la sociedad del presente y del pasado. Los factores emergentes de la mente humana son la consecuencia de la evolución alcanzada hace por lo menos 60.000 años y de su modelación ambiental debida a su plasticidad y a la enseñanza. No hay ninguna razón ni otra necesidad explicatoria para pensar que el genoma humano mutase desde entonces.

La sapient paradox nace con la pregunta ¿Por qué tardó tanto en desarrollarse la cultura humana si la base genética ya existía? La cual se aclara al conocer el carácter ontogénico que había que crear, trasmitir (enseñanza) y mantener. En este contexto, se destaca la gran trascendencia que el lenguaje tiene en este proceso, como ejemplo de la capacidad de simbolización (en cosas, objetos, conductas, etc.). Debió de existir un aumento significativo de la plasticidad neuronal, de la capacidad de aprendizaje y de la comunicación (lenguaje), pues la humanidad no podía alcanzar este desarrollo cultural sin una adecuada técnica de comunicación y almacenaje simbólico. Así establece dos fases en esta evolución cultural:

- Fase tectónica. La vida de los cazadores-recolectores en África hace 60.000 años no parece ser muy diferente de sus antecesores, teniendo el patrimonio genético y cultural de los que se expandieron posteriormente. Para él los cambios importantes sucedieron con el Neolítico (sedentarismo: ganadero-agricultor), aunque otros autores (Gamble, 2007) ponen más énfasis en el Paleolítico superior.
- Fase de la escritura. Cuando realmente se establecen las conductas plenamente simbólicas propias de nuestra especie.

Resumen

- Trabajo interdisciplinario que liga principalmente a la Psicología, Etología, Inteligencia artificial, Neurociencia y Arqueología. El pensamiento simbólico y el lenguaje no pueden comprenderse sin el papel que juega el medio ambiente. Igualmente, el estudio de la cognición humana no puede realizarse sin conocer la funcionalidad cerebral.
- Psicología. La conducta sabia es un producto emergente muy condicionado a las características medioambientales.
- Neurología. La evolución cognitiva humana no puede estar basada en una especificación neurológica o de modulación mental, sino en una modulación neurológica (plasticidad neuronal) motivada por las características medioambientales. Esto se debe a las características plásticas (plasticidad neuronal) de nuestro cerebro, el cual se adapta a las condiciones en las que vive, sobre la base de la socialización de la experiencia compartida. Los factores epigenéticos (ambiente) son fundamentales en este proceso, pues actúan sobre las características innatas y evolutivas del SNC.
- Sociología. La plasticidad y la socialización son las que van a modular el cerebro de los niños por medio del aprendizaje y enseñanza por otros miembros de la sociedad. La influencia cultural es crucial en la configuración del desarrollo de las funciones cognitivas superiores del cerebro.
- Lenguaje. La humanidad no podía alcanzar este desarrollo cultural sin una adecuada técnica de comunicación simbólica.
  
II. Problemas teóricos y prácticos

Al partir de una orientación metodológica procesualista tiene que establecer teorías generales sobre el origen y desarrollo del pensamiento y conducta humana. En este contexto, se asume que los símbolos de cualquier grupo humano tienen siempre el mismo orden de racionalidad. Así, se dio prioridad a la existencia de una Razón Universal en los procesos cognitivos y al positivismo de sus conclusiones. Siguiendo estas pautas desarrolló una amplia teoría general sobre la conducta humana con ciertos criterios interdisciplinarios, pero no lo suficientemente elaborada como para evitar los problemas que se les achacan.

- Se les critica la falta de objetividad de sus estudios, pues reflejan conceptos y formas de pensar actuales, como las del propio investigador, lo que únicamente puede corregirse, hasta cierto punto, con un método interdisciplinar amplio y adecuado.

- Presenta notables problemas para aplicar sus conceptos generales a las particularidades contextuales de cada yacimiento, y de este a poder generalizar ciertas conductas semejantes en diversas áreas geográficas en periodos determinados.

- Carece de un método básico y práctico sobre la forma en que las características psicobiológicas humanas adquieren y procesan la información del medio ambiente y la transmiten generacionalmente, lo que en definitiva es el germen de todo origen y desarrollo conductual.

- Se le aprecia cierta preferencia por los periodos culturales más desarrollados (p.e. el Neolítico), al considerar que en él es el punto de partida de los cambios importantes, aunque otros autores (Gamble, 2007) ponen más énfasis en el Paleolítico superior.

- Al carecer de método y de una adecuada comprensión de las características psicobiológicas humanas, no puede establecer las bases del continuum cognitivo y cultural que ha caracterizado toda nuestra conducta. Así como de una falta de concreción sobre cuales fueron y como de adquirieron los fundamentos abstractos que van constituir la base de nuestro pensamiento, conducta y lenguaje (individualidad social y colectiva ubicadas en los conceptos abstractos temporales y espaciales).

- Se aprecia un escaso fundamento psicológico y lingüístico sobre las formas de creación y desarrollo de la conducta humana, lo que explica su limitado desarrollo interdisciplinario.

- Algunas de sus obras realizadas en unión con otros autores (2009) tratan de diversos temas, pero lo realiza con criterios más dispersos y autónomos que interdisciplinarios.

Todas estas limitaciones teóricas son las causas de su escasa repercusión en el mundo de la Arqueología, como método de estudio de los complejos problemas que la conducta humana presenta desde el mismo momento de su origen evolutivo. Sobre todo se echa en falta algunas aplicaciones prácticas sobre el origen desarrollo y características de la conducta simbólica que aparece en el Paleolítico.

* GAMBLE, C. (2007): Origins and revolutions, human identity in earliest prehistory. Cambridge, UK: Cambridge University Press.
* RENFREW, C. (1982): Towards an Archaeology of Mind: an Inaugural Lecture delivered before the University of Cambridge on November 1982, Cambridge, Cambridge. University Press.
* RENFREW, C. (1993): "Cognitive Archaeology: Some Thoughts on the Archaeological Thought". Cambridge ArchaeologicalJournal, 3(2): 248-250.

2 comentarios:

Administrador dijo...

Un problema es el de la interdisciplinariedad misma, me parece. Cuando leí mi tesis allá en 199-94, "Gnoseología de la Psicología Cognitiva", me parecía que la Ciencia Cognitiva iba en camino de presentarse como una "superciencia", un saber omniabarcante, en contra del factum de las ciencias, parcelado siempre. En efecto, faltaba la Arqueología Cognitiva en mis análisis de aquella época. Depués, al estudiar la Biosemiótica y la Biología Cognitiva (Hoffmeyer, Emmeche, etc.) la categoría de símbolo me pareció la relevante [voy a ir colgando cosas en Academia.edu]. Hay todo un continuum en la misma simbolización como proceso natural. Desde las bacterias primitivas en interacción, o los simbiontes, hasta la misma realidad de la vida pluricelular, y de ahí hasta la misma Cultura. Quizá sea fértil indagar la Historia Natural del Símbolo. Un saludo.

arivera dijo...

Yo también creo que existe un continuum en la comunicación natural. Pero lo trascendente en el género Homo no es su uso (creación del signo, aplicación de un contenido y recepción social), sino su utilización consciente y acumulable en un lenguaje. Intuimos que los signos tuvieron que ser forzosamente de una naturaleza que pudiera ser captado socialmente (los sentidos), pero no sabemos cuales pudieron ser.
Espero tus trabajos. Un saludo