viernes, 26 de marzo de 2010

El lenguaje del Neandertal


En el último número de la revista Munibe se ha publicado un artículo sobre El origen del lenguaje: la evidencia paleontológica” (Arsuaga y Martínez, 2009). Aunque habla de todos los homínidos, particularmente se refieren a la capacidad del Neandertal de crear un lenguaje de características modernas, es decir, de poseer un sistema de comunicación oral muy eficiente y rápidoconsecuencia del conjunto de adaptaciones anatómicas relacionadas con esta forma de lenguaje oral.

En su estudio, en el que engloban a todas las especies del género Homo, indican que tan sólo el Homo sapiens, Neandertal y su predecesor el Homo heidelbergensis ofrecen el adecuado material fósil para estudiar la presencia o ausencia de los rasgos involucrados en la producción y percepción del lenguaje. Con las evidencias disponibles, no parece factible que ninguna especie de géneros más primitivos, como los Austrolopitecos o los Parántropos, dispusiera de las adaptaciones relacionadas con el lenguaje hablado y, por lo tanto, lo más razonable es suponer que carecieron de él.

Las características anatómicas observadas en los fósiles que indicarían las conclusiones de que el linaje neandertal tuvo lenguaje, son las siguientes:

- Su elevada encefalización y un desarrollo de las áreas de Broca y Wernicke (relacionadas con la producción y comprensión del lenguaje) comparable a las del Homo sapiens.
- La presencia en el ADN neandertal de la variante humana del gen FOXP2, estrechamente relacionado con los procesos mentales involucrados en la producción del lenguaje.
- En los neandertales la distancia entre los huesos vómer y occipital (relacionados con el habla) es acortada como en los Homo sapiens, y que el hioides también corresponde al tipo humano moderno, tanto métrica como morfológicamente. Esto, unido a un patrón auditivo similar al nuestro que permite un elevado flujo de información acústica.

El conjunto de estos indicios relacionados con la capacidad de hablar puede ser explicada recurriendo a diferentes hipótesis para cada uno de ellos, pero, resulta más sencillo admitir que tanto el Neandertal como su predecesor, el Homo heidelbergensisdisponían de un sistema muy eficiente de comunicación oralNo obstante, las diferencias físicas en las vías aéreas superiores de los neandertales respecto a los HAM implicarían vocalizaciones distintas, pero que serían de escasa magnitud y no conllevarían variaciones significativas en la eficiencia de la comunicación oral.

Un ejemplo de estas diferenciaciones anatómicas que tuvo importantes repercusiones en el último tercio del siglo pasado fue la curvatura de la base del cráneoLa posición baja de la laringe aumenta el espacio disponible y permite una mejor modulación del sonido, en mayor grado que en las laringes situadas en posición alta, como ocurre en los recién nacidos y en los primates no humanos. El aumento del espacio de la faringe es un factor importante para nuestra capacidad de producir toda la riqueza sonora del lenguaje articulado. Algunos autores (Laitman, 1979 y Lieberman, 1984) opinan que es posible establecer una relación entre esta posición y la forma de la base del cráneo que forma el techo de la faringe. La base del cráneo es el lugar de inserción de los numerosos músculos y ligamentos que sujetan la laringe, la faringe y demás estructuras asociadas. Los estudios estadísticos realizados en varias especies de mamíferos han podido establecer que cuanto más arqueada esté la base del cráneo, más baja estaría la laringe y existiría una mayor capacidad de modulación sonora. Sin embargo, estos estudios no llegaban a comprobar prácticamente nada, pues sólo indicaban la facilidad humana de articular palabras (que a su vez dependía del resto de los numerosos factores anatómicos que componen el aparato fonador). No dicen nada sobre si los que tuvieran la laringe algo más alta estuvieran incapacitados para articular una serie de sonidos que relacionar con los pensamientos que se quisieran trasmitir. Es un reduccionismo anatómico exagerado y poco funcional, pues obvia el factor más relevante: la verdadera funcionalidad práctica de los diversos aparatos fonadores de los homínidos.


Por tanto, los datos paleontológicos sólo ofrecen indicios sobre la capacidad de articular sonidos más o menos complejos, rápidos y variados, así como de poder escuchar y distinguir la variada gama sonora de nuestro lenguaje. Sería la parte sonora y auditiva del mismo. Pero no indican nada sobre que cualidades y características poseía lo que se simbolizaba por medio de los sonidos articulados, es decir, sobre las cualidades simbólicas que representaban los pensamientos, conceptos o ideas que se querían trasmitir a los demás.

Todo proceso lingüístico (de cualquier base: sonora, gesticular, escritura, pintadas, etc.) siempre presenta estas dos vertientes, la cognitiva y la simbolización utilizada (sonidos, gestos, escritura, pinturas, etc.). Dentro de unos conceptos evolutivos progresivos, lentos y siempre guiados por la selección natural, la solución es fácil, pues si estos seres humanos lograron las bases anatómicas para la articulación sonora es que supondrían un avance adaptativo y, por tanto, un uso dentro de las características lingüísticas.

Sin embargo, la realidad arqueológica tiene que matizar tales afirmaciones. Ni los neandertales ni los HAM tuvieron siempre un pensamiento, conducta y lenguaje que podamos considerar como moderno, no en la capacidad de articulación sonora, sino en la cualidad de los conceptos que se quería transmitir.

Las diferencias conductuales existentes entre los HAM en África del sur (MSA), Próximo Oriente (Musteriense) y Europa (Auriñaciense), y entre los neandertales del Paleolítico Medio (Musteriense) y del inicio del superior (Chatelperroniense) son ejemplos que justifican tales ideas.

Las conclusiones paleontológicas del artículo son insuficientes para determinar lo que más interesa a los arqueólogos, es decir, que cualidades cognitivas tendrían los HAM y neandertales de los diversos periodos en los que vivieron y convivieron, siendo el lenguaje uno de sus más características más notables. Además, los datos que aportan son conocidos desde hace muchos años, siendo mostrados en diversas ocasiones por numerosas autores (p. e. Rivera 1998, Burraco, 2003), pues en realidad, por lo menos en lo referente a los neandertales, poco nuevo indican.

El lenguaje, proceso conductual de gran complejidad, debe ser estudiado por métodos multidisciplinares, pues es un fenómeno multifactorial. Los estudios parciales (solo paleontológicos, lingüísticos, arqueológicos o evolutivos) nos pueden llevar a conclusiones equivocas, lo que no ayudan mucho a su compresión y análisis.

Puede que diversos autores nieguen a los neandertales la creación de un pensamiento simbólico que relacionar con sus capacidades de articulación sonora. Incluso es posible que la gama de sonidos que podrían emitir los  neandertales fuese diferente, o incluso algo menor que la nuestra. Sin embargo, hay que admitir que tal limitación o variedad sonora no excluía la posibilidad de originar una serie de articulaciones sonoras capaz de poder trasmitir a sus compañeros los pensamientos  le podían interesar. 
Hablar del lenguaje en el Paleolítico en base a los restos humanos, es sólo analizar de una parte de la realidad, faltando la que más puede interesar a la Arqueología, como es la conducta de los seres humanos. En este sentido, mi trabajo ha sido constante, por lo que remito a los interesados en estos temas a un trabajo realizado hace 12 años (Rivera, 1998) en el que ya se plantean y analizan estos asuntos.  

* Laitman, J. T.; Heimbuch, R.C. y  Crelin, E. S. (1979): “The basicranium of fossil hominids as an indicator of their upper respiratory systems”. American Journal of Physical Anthropology 51.
* Lieberman, P. (1984): “The Biology and Evolution of Language”. Cambridge (Mass): Harvard University Press.
* Rivera, A. (1998): Arqueología del lenguaje en el proceso evolutivo del Género Homo. Espacio, Tiempo y Forma. Serie I, Prehistoria y Arqueología, 11. UNED. Madrid.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por este aporte!
Circe