El estudio de la conducta humana en el Paleolítico siempre
ha estado limitado por dos grandes inconvenientes. Primero, por la escasez de
datos que de tal época tenemos. Segundo, por la falta de métodos que nos
permitan analizarlos con la mayor objetividad posible. Sin embargo, desde el
inicio de la Prehistoria como ciencia se ha intentado superar estos problemas
por medio de la elaboración de métodos que permitan una interpretación adecuada de los
datos arqueológicos .
Algunos autores opinan que el Estructuralismo puede
ser una posición interesante, en el intento de estudiar objetivamente las
realidades sociales o colectivas de la Prehistoria. Esta corriente teórica,
basada fundamentalmente en la escuela antropológica de Claude Lévi-Strauss (1908-2009) y desarrollada a mediados del siglo
XX, se basa fundamentalmente en la aceptación de unas estructuras o modelos
genéricos (aparentemente no visibles) sobre el funcionamiento que rige la
conducta humana (Lévi-Strauss, 1964). Las estructuras de percepción (sentidos)
y procesamiento (cerebro) de la realidad serían similares en todos los grupos
humanos, lo que implicaría que tenemos una forma básica, común a todos los
pertenecientes a nuestra especie, de conocer la realidad material del mundo en
el que vivimos. En este sentido, el Estructuralismo intenta
realizar una interpretación objetiva, pues para él, el sujeto que se analiza
(seres humanos de la prehistoria o actuales) no es importante, dado que ambos
están determinados por esas características comunes que encauzan las acciones
de la sociedad, y el que lo estudia (antropólogo, arqueólogo, etc.) tampoco,
pues sólo intenta descubrir los códigos comunes que le lleven a entender la
percepción de la realidad del grupo observado (Hernando, 1999).
Sin embargo, en su desarrollo y puesta en práctica
se echaba en falta un mayor conocimiento sobre la
realidad neurológica y psicológica del ser humano en relación con su conducta, y
de la gran variedad de diferentes manifestaciones (culturas humanas) que pueden
surgir de las estructuras o modelos genéricos. Se desconoce, con un mínimo de
certeza, las características de esas estructuras comunes de percepción y procesamiento,
por lo que su desarrollo se ha realizado un tanto a ciegas, sin conocer las
propias limitaciones que la estructura biológica común presentaba. Habría que
volver a desarrollar leyes generales sobre la forma de crear y desarrollar la
conducta humana, pero con la suficiente flexibilidad como para que se adaptasen a las particularidades, sociales y
personales, de cada contexto arqueológico, es decir, explicar la diversidad
cultural y de pensamiento como característica esencial de la conducta humana.
Estructuralismo
funcional
Para tal fin es necesario un método interpretativo
dentro de la Arqueología cognitiva, el cual
podría ser el Estructuralismo. En su
desarrollo para la interpretación arqueológica se ha elaborado un método
interdisciplinar (La interdisciplina como método de análisiscientífico) utilizando la información actualizada de las ciencias que estarían
relacionadas con el origen y desarrollo de la conducta humana. En este
contexto, podemos señalar a la Biología evolutiva (La gran complejidad de laevolución biológica), Neurología (Genética de la evolución neurológica.Consecuencias arqueológicas), Psicología (La desconocida evolución cognitiva.
Mecanismos de evolución cognitiva), Lingüística (Lenguaje interno: Lev Vygotski.
La función cognitiva del lenguaje) y Antropología social (La socializaciónhumana. El aprendizaje en las sociedades humanas. Influencia del medio ambienteen el pensamiento y conducta) como ciencias fundamentales para la elaboración
interdisciplinar de un modelo funcional para el análisis de nuestro pensamiento
y conducta (racional y emocional) en todas las épocas. Tal modelo de ha
denominado como Estructuralismo funcional (Rivera, 2009; Rivera y
Menéndez, 2011).
No
obstante, la forma en que esta percepción y procesamiento de la realidad va a
dar lugar a la construcción cultural sería diferente entre los humanos de
diferentes periodos, pues cada uno estaría condicionado por sus capacidades
neuroevolutivas y las características medioambientales del momento en el que le
tocó vivir (Hernando, 1999; Rivera. 2009). Lo que en un principio es común, en
su desarrollo se diversificaría, lo que explica el aspecto de mosaico
(cultural, cognitivo y emocional) que caracteriza tales procesos.
Bases teóricas del Estructuralismo funcional
Del
estudio coordinado entre estas disciplinas académicas se ha elaborado una serie
de conclusiones básicas que, con su aplicación al registro arqueológico, nos
proporciona explicaciones bien fundamentadas sobre el origen y desarrollo de la
conducta del género Homo.
- La
evolución biológica nos dota de unas capacidades funcionales innatas
(capacidades cognitivas elementales o básicas) como son ciertos niveles de memoria, funciones ejecutivas,
atención, percepción sensorial, etc. Su repercusión en la conducta depende
de su potencialidad efectiva y de su desarrollo (desarrollo cognitivo) (Vygotsky, 1979; Rivera, 2009). Paralelamente, la evolución nos
proporciona las emociones primarias, las
cuales evolucionarían en función del desarrollo cognitivo racional que se
aprecia en el nivel de autoconciencia desarrollado (Rivera, 2015). Cualquier
acción racional (individual o social) incluye un componente emocional (Ardila y
Ostrosky-Solís, 2008).
-
Nuestras características neurológicas y psicológicas muestran la necesidad de
un medio
ambiente adecuado que hay que crear (social, económico, tecnológico,
lingüístico, etc.) para que las capacidades cognitivas básicas se desarrollen
adecuadamente. Podría definirse como un
nicho cultural o cognitivo que
posibilite tal desarrollo (Tomasello, 2007; Bickerton, 2009).
-
Cuando la evolución neurológica sea suficiente y las características
ambientales adquieran un nivel adecuado, pueden producirse nuevas capacidades
de naturaleza sociocultural, las cuales sólo existían como potencialidad. Son
las capacidades cognitivas emergentes
o superiores (p. e. simbolismo,
autoconciencia, lenguaje, escritura, creatividad, etc.) (Vygotsky, 1976; Edelman y Tononi, 2000; Searle 2000;
Mora, 2001; Álvarez Munárriz, 2005; Tomasello,
2007; Ardila y Ostrosky-Solís, 2008; Renfrew,
2008).
- Este
proceso es acumulativo,
pues siempre utiliza anteriores conceptos más elementales, pero imprescindibles
para la evolución conductual. Para su logro se necesita cierta estabilidad demográfica que facilite
su perduración, transmisión generacional y progreso.
- La
existencia de un lenguaje (primera conducta simbólica) es condición
necesaria, aunque no suficiente, para la formación, desarrollo y transmisión de
todas las conductas simbólicas. El pensamiento, la conducta y el lenguaje son tres vertientes del mismo proceso psicobiológico que
va a caracterizar la conducta de los seres humanos, a los que hay que añadir
los componentes emocionales que siempre estaría presente. De la información del registro arqueológico (conducta)
podemos realizar inferencias sobre las características del pensamiento,
lenguaje y de los estados emocionales asociados (motivación, empatía,
inhibición, emociones autoconscientes).
- La evolución cultural es un continuum heterogéneo en el tiempo y en el espacio, pues depende de diversos factores
(capacidades y desarrollo cognitivo, existencia de un lenguaje previo,
medio ambiente sociocultural, condiciones demográficas, emotividad, etc.) que no
siempre actúan con la misma intensidad, ni tienen igual desarrollo temporal y
espacial.
- En este continuum se producen diversos estadios intermedios, de
los que desconocemos sus características precisas, pero que podemos proponer
hipotéticamente y contrastar con los datos conocidos del registro arqueológico.
- Los conceptos, abstracciones y emociones que van a
configurar la conducta humana en todos sus niveles han de adquirirse de la observación del
medio ambiente en el que se vive, tanto de la propia naturaleza como de
las construcciones socioculturales que los grupos humanos vayan creando.
Estas conclusiones teóricas nos ofrecen unas pautas
de cómo se pudieron formar las conductas observadas en el paleolítico
referentes a todos los procesos creativos (tecnológicos, simbólicos, sociales,
culturales, etc.).
Aplicación
al registro arqueológico
Su aplicación al registro arqueológico se ha
efectuado en algunos aspectos:
- Exposición del método.
Nueva vía metodológica en el estudio de la conducta humana,
por medio del desarrollo de una síntesis elaborada con las aportaciones de
varias ciencias relacionadas con los seres humanos (Biología evolutiva,
Neurología, Psicología y Sociología). Tal síntesis ha dado lugar a un modelo
psicobiológico sobre nuestro comportamiento en todas las fases de
evolución cultural. Su aplicación al registro arqueológico permite una
explicación de la conducta en todos sus periodos, pudiendo denominarse su
actuación como Arqueología cognitiva.
- Estudio de la cognición entre HAM y neandertales.
Donde se analizan las diferencias de las dos poblaciones
humanas que vivieron en Europa durante el inicio del Paleolítico Superior,
desde un punto de vista cognitivo y cultural. La meta que se persigue es una
mejor comprensión sobre la relación biológica que pudo existir entre ellos, así
como las capacidades cognitivas que pueden deducirse de la conducta observada
en el registro arqueológico. La síntesis de estos análisis nos puede aclarar,
con un mayor poder explicativo, importantes aspectos sobre su diferente cultura
y la definitiva desaparición del Neandertal.
* Rivera, A. (2008): “Relación entre Neandertales y Cromañones: un enfoque cognitivo”. Zephyrus,LXI.
- Análisis de la transición del Paleolítico medio al
Superior.
La transición europea al Paleolítico Superior fue un
complejo proceso del que se continúa en constante controversia. Los datos
arqueológicos, por sí solos, no logran aclarar convincentemente a la comunidad
científica que los estudia. La Arqueología cognitiva, con la nueva metodología
que aplica, puede aclarar muchas de las dudas que tal periodo plantea (Rivera
2009).
-
Racionalización del simbolismo. La muerte en el Paleolítico Medio.
El simbolismo es la principal característica de la conducta
humana, pero sigue siendo desconocido en muchos aspectos. Se realiza un
análisis estructural del simbolismo humano, por medio de una síntesis
metodológica elaborada con las aportaciones de varias ciencias relacionadas con
los seres humanos (Biología evolutiva, Neurología, Psicología y Sociología).
Tal síntesis ha dado lugar a un modelo Psicobiológico sobre el
comportamiento humano, que nos permite elaborar un método adecuado para el
estudio del simbolismo, desde su origen hasta su plena manifestación con las
características actuales. Posteriormente, se aplicaría a las conductas
funerarias que se conocen del Paleolítico Medio de Europa, del Próximo Oriente
y del MSA de Sudáfrica, para valorar la intencionalidad de los enterramientos,
junto con el posible simbolismo asociado a ellos. También, se estudiará la
antropofagia como forma de eliminación de los cadáveres en este periodo,
intentando comprender si se realizaba como conducta de supervivencia o asociada
a elementos simbólicos similares a los relacionados con los enterramientos
(Rivera 2010).
- Las
conductas simbólicas en el paleolítico. Un intento de comprensión t análisis
desde el Estructuralismo funcional.
Se trata de estudiar las conductas simbólicas humanas en el
inicio de su desarrollo (Auriñaciense y Chatelperroniense). Abarcaría las
principales muestras de conducta simbólica (sociales, espirituales, religiosas,
etc.), por medio de su representación arqueológica (adornos, grabados,
pinturas, enterramientos, conductas sociales, etc.). Realizado junto con el
profesor de la UNED Mario Menéndez (Rivera y Menéndez, 2011).
- Arqueología de
las emociones.
La conducta humana
es el resultado de la acción conjunta de sus capacidades cognitivas racionales
y emocionales. Por tanto, su estudio debe de realizarse dentro de una realidad
metodológica que recoja y relacione ambos aspectos cognitivos. La prehistoria
fue el período en el que se produjo la evolución cognitiva que ha caracterizado
a nuestra conducta. ¿Cómo han influido las emociones en este proceso? Este es
el tema del presente trabajo, para lo cual se ha empleado un método de estudio
interdisciplinario (estructuralismo funcional), como base interpretativa de los
datos arqueológicos racionales. Sobre estos datos hay que analizar la
influencia que las emociones ejercieron para su realización. La presencia de
emociones en las conductas prehistóricas sólo puede realizarse por métodos
indirectos. Ya sea analizando las conductas que estén claramente relacionadas
con ellas, o aquellas para cuya realización sería necesaria alguna
manifestación emocional. Así, se han elegido cuatro grupos de conductas
relacionadas con las emociones y que pueden seguirse arqueológicamente.
Conductas con necesidad de empatía para su realización; que reflejen la
influencia de la autoconciencia en su desarrollo racional y emocional; que se
aprecie cierto control de las emociones; y en las que la motivación que
producen ciertas emociones sea fundamental para su producción.
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(Coord.) Luis Álvarez Munárriz, Enrique Couceiro Domínguez. Barcelona.
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