miércoles, 29 de enero de 2014

El sexo en el arte paleolítico

Desde el inicio de las representaciones gráficas del Paleolítico superior los temas relacionadas con los seres humanos siempre ha estado presentes, si bien no con la intensidad que puede verse con otros elementos gráficos como los animales o signos. Esta característica iconográfica aparece desde el Auriñaciense, continuando a lo largo del Paleolítico superior hasta que el cambio de clima destruyó un ecosistema y una forma de vida simbólica, para transformarla en otra (Epipaleolítico).

Si tenemos en cuenta a la Arqueología cognitiva (estructuralismo funcional) como fuente de estudio del continuum evolutivo de la conducta humana, comprenderemos que las escuetas fuentes de conocimiento que los seres humanos del paleolítico pudieron tener (naturaleza y la sociedad con un incipiente desarrollo cognitivo de base simbólica) limitarían mucho los significados de las manifestaciones gráficas. Sólo es posible utilizar y representar aquello que ya es conocido (experiencia personal y social), o las conclusiones obtenidas de causas conocidas, es decir, los conceptos y las ideas que el contexto cultural y cognitivo del momento pudieran permitir. En este contexto, el registro arqueológico nos indica que las representaciones que se usaron fueron temas de su propio medio, por lo que su lista es limitada y concreta. Así, el espectro gráfico que conocemos estaría limitado a unos pocos grupos:

- Animales no peligrosos. Podrían estar relacionados con la logística de avituallamiento. También pueden ser causa de sus relaciones con un mundo que consideran el suyo, en el que conviven con todos los seres vivos y con los que desconocemos qué relación emocional y práctica pudieron tener.
- Animales peligrosos. Son los depredadores, productores de miedos conscientes e inconscientes en la especie humana.
- Figuras humanas (antropomorfos y teriántropos). Los antropomorfos representan a las figuras humanas en general. Los teriántropos o teriomorfos (humanos con cabeza de animal) parecen representar a una dualidad conceptual de difícil valoración. Podrían ser elementos intermedios de dos naturalezas (humana y animal), o de dos mundos reales pero diferentes (material e inmaterial).
- Los de carácter sexual representan a una de las motivaciones más importantes en la conducta humana: la sexual (falos, vulvas y figuras humanas sexuadas).
-Las manos con sus componentes sociales, personales y espirituales que pueden variar según su ubicación. Se relacionan con los seres humanos, pues son parte de ellos, y posiblemente correspondan a una representación gráfica de humanos en particular.
- Los signos son los más abundantes, de los que se supone que podrían estar relacionados con las figuras en general, pero sin certeza alguna.

Las manifestaciones sexuales (humanos sexuados, vulvas y falos) parecen ser una preocupación temprana para los autores de las muestras gráficas paleolíticas, pues están presentes desde el principio del arte paleolítico en el Auriñaciense (esculturas, grabados y pinturas). El desarrollo de la autoconciencia a losniveles del inicio del Paleolítico superior (dentro del continuum cultural y cognitivo humano) hace que se considere el sexo con una perspectiva más variada, estimulante e incluso que se llegue a interrelacionarse con las conductas espirituales paleolíticas al alcanzar el orgasmo, como parece desprenderse de variadas expresiones gráficas de teriántropos itifálicos.

Aunque las representaciones humanas son relativamente escasas, tenemos un importante muestrario de las expresiones sexuales en ellas. Efectivamente, en muchos de estos antropomorfos y teriántropos se muestran aspectos sexuales muy marcados. Ya sea un explicito dibujo o grabado en el sexo femenino (p. e: Cueva de Chauvet y Tito Bustillo), o una mayor representación del sexo masculino con excitación sexual (p. e: Tito Bustillo; La Peña de Candamo; Los Casares). Tanto es así que han creado una denominación precisa para tal situación: Antropomorfos o teriántropos itifálicos con su sexo eréctil, cuya interpretación puede tener diferente significado: ¿estimulación sexual, simple indicación del género o las dos a la vez?

Escena del pozo de Lascaux
La relación entre el sexo y las conductas humanas asociadas a los teriántropos parecen tener un peso específico. La existencia conjunta de estas dos manifestaciones en diversos lugares desde prácticamente su inicio, parecen indicar una relación que podríamos considerar como integrantes de un mismo proceso causal, pero sin poder determinar sus características (p. e. escena del pozo de Lascaux ).

En general, la intención de separar ciertas manifestaciones gráficas del área de hábitat, para un preciso fin no bien conocido, es una conducta social-simbólica que se inicia precozmente desde el Auriñaciense. Paralelamente, existen pinturas y grabados que coexisten con las zonas de habitación, pudiendo ser vistas continuamente por los miembros del grupo social, lo que parece que sería una consecuencia de su creación, es decir, ser vistas constantemente sin tener que desplazarse. El simple o complejo aislamiento (depende de lo alejado que se realice del hábitat) de la vista de la sociedad de algunas pinturas y grabados, junto con el tema representado, tendría un diferente significado simbólico. Su estudio se escapa de los ámbitos de este trabajo, pero que desde la Arqueología cognitiva se están realizando estudios para intentar su aclaración (Rivera yMenéndez, 2011).    

Manifestaciones sexuales del Paleolítico superior


A pesar de lo relativamente escaso que fueron las manifestaciones gráficas del Auriñaciense, las de carácter o relación con la sexualidad son lo suficientemente importantes como para demostrar la importancia que el sexo tenía en aquellas sociedades. En general, parecen tener una doble vertiente simbólica, aunque es posible que en algunos aspectos u ocasiones se junten para expresar con mayor exactitud lo que se quería representar. Me refiero a los temas claramente relacionados con el sexo con aspectos meramente sociales, y los relacionados con ciertas conductas que podríamos denominar como espirituales en el sentido que pudieran tener en el paleolítico (Rivera y Menéndez, 2011). Veremos de una forma general las diferentes manifestaciones sexuales que se han encontrado en este periodo.

Estatuillas femeninas
Venus de Willendorf
Son frecuentes encontrar estatuillas femeninas de bulto redondo desde Europa occidental hasta Siberia. Son las venus esteatopigias. Destacan la de Willendorf, Dolní-Věstonice y Moravany (Eslovaquia), Gargarino y Kostienki a lo largo de Europa. Las siberianas (orientales) (colecciones de Malta y Buret) presentan otro canon. Poseen cara y pueden ir vestidas, les falta la exageración de los atributos sexuales, con cabeza voluminosa (lo que las separa del modelo losángico de las occidentales), y tienen un orificio en las piernas como para colgar, lo que no existe en las occidentales. Todas se encuentran en el hábitat, las de este tipo se encuentran desde el Gravetiense hasta el final del Paleolítico superior. En general, se las relaciona con los caracteres maternales de la mujer. 
Venus de Dolní-Věstonice

Su conjunto parecen formar una unidad cultural paneuropea, pero no llegan a la Península Ibérica. En la Península Itálica se conocen las de la colección Grimaldi y la pieza de Savignano en el norte, y un par de ejemplares en Cueva de Veneri en el sur. En la cueva de Paglicci se han encontrado varias venus.

Estas estatuillas femeninas son de formato pequeño (10 cm) y sus particularidades propias del estilo de occidente. Las hay de marfil (Lespuge y Brassempouy), de limonita (Monpazier), esteatita amarilla (venus amarilla de Grimaldi) o verde (El polichinela, El rombo, El hermafrodita de Grimaldi). 

Venus de Lespuge

El mismo tema y similar tratamiento se aprecia en la figurillas de bulto redondo y bajorrelieve (Terme Pialat, Laussel y Pataud), aunque existen otras que se escapan del prototipo (Seruil y Tursac). El grupo de Laussel es muy especial, destacando la “Venus del cuerno” y “La mujer de la cabeza cuadrada”. Próximas a las anteriores se encontraron “La Venus de Berlín”, “El naipe” y “El cazador”, las cuales forman el conjunto escultórico de mayor antigüedad en una organización espacial compleja.con una clara atención a sus aspectos anatómicos sexuales o maternales.
Venus del cuerno

Venus de Hohle Fels. Descubrimiento en los niveles del Auriñaciense arcaico de una de las cuevas de Hohle Fels, de una estatuilla femenina fabricada en marfil de un colmillo de mamut. Su datación se sitúa sobre los 35.000 BP relacionándose con los Humanos Anatómicamente Modernos. La estatuilla se encontraba aproximadamente 3 metros por debajo de la superficie actual de la cueva, en una zona de unos 20 metros de la entrada de la misma.

Venus de Hohle Fels

Su existencia llama poderosamente la atención por ser la más antigua figura naturalista femenina que conocemos, así como por las características anatómicas que presenta. Destaca sobre todo la exageración de sus características sexuales (grandes senos, una gran ampliación de la vulva que se muestra muy explícita, y los muslos y vientre hinchados. Sin embargo, la cabeza es muy pequeña y presenta un agujero como si pudiera colgarse de él.

La manifestación de los caracteres sexuales de las estatuillas femeninas del Paleolítico, siempre se han relacionado con la fecundidad o maternidad, pues no cabe duda de que tal preocupación siempre ha sido de crucial importancia en las comunidades de cazadores recolectores. Sin embargo, las características particulares de esta estatuilla (exposición manifiesta de la vulva) parece que quieren indicar otra faceta igualmente importantísima entre los seres humanos de todas las épocas: la sexualidad. La nueva figura de Hohle Fels cambia radicalmente nuestra visión de los orígenes del arte paleolítico. Las imágenes de mujeres eran totalmente desconocidas. Con este descubrimiento, la noción de que las imágenes tridimensionales de mujeres empezaron a ser desarrolladas en el período Gravetiense puede ser rechazada.

Representaciones de falos masculinos

Son relativamente frecuentes, pero menos que las estatuillas. De los primeros tenemos un falo de piedra de unos 28.000 años de antigüedad en una cueva cerca de la localidad de Schelkingen (sur de Alemania).

Falo de Schelkingen
Igualmente se distribuyen a lo largo del Paleolítico superior y están relacionados con las áreas de hábitat.


Falos de La Madeleine, Blanchard y Castanet 
Las vulvas femeninas pintadas o gravadas

Vulvas de La Ferrassie

Vulvas femeninas esculpidas sobre rocas, como las del abrigo francés de Blanchard des Roches (Dordogne) o de La Ferrassie con grabados bien definidos. Son las vulvas femeninas que, aisladas o asociadas a animales, adornan cinco bloques. Su forma es variada, las ovaladas son más antiguas que las triangulares. 
Vulvas de Tito Bustillo

Las principales representaciones de vulvas se han localizado en el sur de Francia, en abrigos como los de: Blanchard des Roches (Sergeac), Castanett (Ser-geac), Cellier (Turne), Belcayre (Thonac), Fongal (Peyzac-le-Mous-tier), Le Poisson (Les Eyzies), La Ferraissie (Savignac de Miremont) y Laussel (Marquay). En España son destacables las vulvas de El Castillo (Puente Viesgo, Cantabria) y Tito Bustillo (Ribadesella, Asturias). En el este europeo sobresalen los «medallones» grabados en Kosoenki (Ucrania). Se han visto sus manifestaciones durante todo el Paleolítico superior.   

Antropomorfos sexuados     

Ya en el Auriñaciente tenemos ejemplos de este tipo de manifestaciones gráficas. Destacaré dos ejemplos.   

Tito Bustillo del 33 Ky. Dos figuras. Una femenina realizada con pigmento rojo. Su cabeza es redondeada, con la boca y los ojos abiertos, el tronco con un brazo hacia adelante, pechos pequeños, vulva y piernas, una línea curva sale de la boca. Pintado en una cara de una estalactita plana. Otra masculina con cabeza ovalada y la boca abierta, pecho y pene de dimensiones notorias. La cabeza tiene tres protuberancias cortas, dos de ellas a modo de cuernos. La parte posterior está muy marcada, como la piel de algún animal, como un bisonte. De la boca surge una línea curva, como una enorme lengua. Pintado en la otra cara de una estalactita plana.     
Figura femenina. Tito bustillo
Figura masculina. Tito Bustillo




Teriántropo de Chauvet

Cueva de Chauvet del 32/30 Ky Posible teriántropo femenino. Aparece tener el cuerpo inferior de una mujer con el cuerpo superior de un bisonte. Sexo femenino evidente. La figura es compleja y hasta cierto punto deforme para ser una sola figura. Podría se la composición de un acoplamiento sexual (bisonte masculino y parte inferior femenina), lo que estaría en consonancia con Tito Bustillo.


Se conocen diversas muestras de antropomorfos y teriántropos, sobre todo masculinos, con su sexo bien patente, se dan desde el Auriñáciense como ya se ha visto, hasta el final del Paleolítico superior. Veremos algunos ejemplos.

Tertántropo de Les Trois -Fréres







Grabado de Les Trois-Fréres en Ariège (Magdaleniense). Representa un teriántropo (Hombre-bisonte) muy hibridado, ya que tiene cabeza y cuerpo de bisonte y una pierna humana. Parece estar en reposo. Se aprecia ostensiblemente el pene erecto.


Cueva de los Casares
                                           
Escena sexual de la cueva de los Casares (Guadalajara), donde se aprecia claramente una escena de coito.
   
Conclusiones     

Las manifestaciones gráficas que hemos podido ver en este trabajo nos ofrecen una idea clara, la variedad de sus manifestaciones y la posibilidad de su diferente significado. Hay que separar ciertas manifestaciones gráficas del área de hábitat con otras ubicadas en áreas aisladas. Existen pinturas y grabados que coexisten con las zonas de habitación, pudiendo ser vistas continuamente por los miembros del grupo social, lo que parece que sería una consecuencia de su creación, es decir, ser vistas constantemente sin tener que desplazarse, para un preciso fin no bien conocido, pero que pueden asociarse a conductas sociales de carácter cotidiano. Paralelamente, otras muestras de arte situadas en lugares aislados reflejan otro tipo de simbolismo, que puede estar relacionado con las conductas de tipo espiritual iniciadas con el Auriñaciense, y que los teriántropos de este periodo son un claro exponente (Rivera y Menéndez, 2011).

Las muestras de sexo se reparten igualmente entre estas dos formas de simbolismo. Uno cotidiano (falos, vulvas y posiblemente algunas escenas de cavidades) que representa un sexo cotidiano, permanente y accesible. Otro, unido a los antropomorfos y teriántrofos itifálicos que une las situaciones sexuales (p. e. excitación y orgasmo) con las conductas que tuvieron lugar en la profundidad de las cuevas, lejos de las áreas de hábitat.

Igualmente, tampoco existe uniformidad temática y de significados a lo largo del Paleolítico superior. El periodo Auriñaciense-Gravetiense considerado como una unidad primigenia, en realidad puede significar la existencia de dos representaciones de conductas simbólicas diferentes. En este sentido el Auriñaciense europeo parece tener un simbolismo social-espiritual, el Gravetiense es cuando se inicia una conducta espiritual más estructurada que en el periodo anterior, aunque estilísticamente sus manifestaciones gráficas parecen ser constituir una sola unidad temática. Las venus gravetienses nada tienen que ver con las manifestaciones gráficas del Auriñaciense, este hecho más el creciente uso de los enterramientos claramente simbólicos, parece indicar la existencia de dos corrientes espirituales paralelas, que aparentemente no se juntan nunca. Las dos costumbres (gráficas en el interior de las cuevas, y las venus más los enterramientos) perduran hasta el comienzo del Epipaleolítico. Queda la pregunta ¿Realmente se unió en un conjunto de conductas con un nivel de organización que podría hablarse de religión? La respuesta es muy esquiva, pero creo que desde la Arqueología cognitiva (estructuralismo funcional) es posible disminuir la incertidumbre que nos presenta el simple análisis de los hechos del Paleolítico.


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