En la revista PLOS One investigadores de la Universidad
de Liverpool han publicado un trabajo sobre la posible co-evolución de la áreas
cerebrales que participan en el lenguaje y la fabricación de herramientas
líticas (Achelense). Se basan en recientes experimentos en los que se comparó
la actividad cerebral de 10 sujetos; primero realizaban pruebas lingüísticas y posteriormente tallaban un bifaz. Para ello,
se les midió el flujo sanguíneo del cerebro mientras realizaban
ambas tareas, utilizando un método conocido como Ultrasonido Doppler
Transcraneal (TCD por sus siglas en inglés). Se descubrió que el inicio de los
patrones de actividad cerebral para ambas tareas se correlacionaban, indicando
que los dos procesos utilizaban en el principio de su realización las mismas
áreas cerebrales.
En el trabajo se pudo
comprobar que para realizar un bifaz achelense se requiere una organización
neurológica que precisa de la actuación de las Funciones ejecutivas (memoria
de trabajo, monitorización, inhibición, flexibilidad y planificación) del
lóbulo prefrontal, así como del área de Broca. Esta organización es
superponible, en la fase inicial de cada bloque experimental del estudio, con
la activación de las áreas del cerebro que se comparten con las tareas de
lenguaje, tales como las áreas premotora ventral izquierda y el área de Broca. Los resultados muestran una alta correlación lateralizada del flujo
sanguíneo cerebral, al ejecutar las primeras fases de talla y de
las pruebas lingüísticas. Estos daros refuerzan la hipótesis de que la
planificación de acciones para la fabricación de herramientas y realizar tareas
lingüísticas se realiza sobre estructuras cerebrales funcionales comunes.
Tal correlación se ha comprobado
en seres humanos actuales (Homo sapiens sapiens), quedando la duda de
que si esta similitud neurológica en estas diferentes actividades se produjo y
se mantuvo a lo largo de la evolución neurológica y cultural de nuestra
especie. El trabajo publicado admite que si existe tal correlación funcional en
la actualidad, también debió de existir a lo largo de la evolución del género Homo.
Conocemos varios criterios que así parecen indicarlo:
- La lateralidad funcional del
cerebro se ha comprobado en todas las especies humanas conocidas. Se conoce por
la huella que dejan en los endomoldes.
- El área de Broca ha ido
aumentando de forma similar al aumento del cerebro de las especies humanas
(sobre todo de las áreas de asociación) (endomoldes).
- Aunque hay diversas teorías
sobre el inicio del lenguaje, un importante grupo de autores opinan que su
inicio pudo producirse en los primeros momentos de nuestra especie, aunque
fuera de forma muy elemental, desarrollándose paulatinamente.
- La evolución tecnológica puede tener cierto
paralelismo con este aumento del área de broca, aumento cerebral y desarrollo
lingüístico.
Foto: Noticias de CENIEH |
Estas ideas de paralelismo
cognitivo en la acción de talla lítica y otras acciones cognitivas se han
mantenido desde el siglo pasado, siendo tradicionales los intentos de
relacionar la creación y evolución de los útiles de piedra con la necesidad de
tener un lenguaje, indicando que ambos procesos tendrían una base cognitiva
común. Así, Glyn Isaac (1986) estableció una relación entre los modelos
cognitivos y la fabricación de herramientas. La simetría bilateral de los útiles y la preparación del núcleo por el Homo
habilis presentaba una imposición arbitraria y estandarizada de modelos
determinados, lo que sería imposible sin la ayuda del lenguaje. Thomas Wynn (1985) estableció un
aumento cognitivo paralelo a la progresiva complejidad de los útiles líticos,
siguiendo la pauta de desarrollo cognitivo que el psicólogo cognitivo Jean
Piaget observó en la maduración psicológica de los niños al crecer. Por otro
lado, Nicholas Toth (1985)
apreció la creación de hendedores elaborados para ser usados con la mano
derecha, indicando la lateralidad de las funciones cerebrales, y ubicando tal función manual en el mismo
hemisferio que el lenguaje, por lo que podrían estar relacionados. Ralph
Holloway (1969) indicó que la secuencia en la creación de las herramientas
puede relacionarse con una sintaxis del útil lítico. Se intuía la posibilidad
de una planificación previa de los modelos (Gowlet, 1986). Recientemente, Núria Geribàs, Marina Mosquera y Joseph Maria Vergés (2010) han
estudiado el paralelismo existente entre el desarrollo tecnológico y el aumento
de las capacidades cognitivas de sus creadores, produciéndose a lo largo del desarrollo
evolutivo.
Comentarios desde la Arqueología cognitiva
Lo que se están comparando son dos
complejos procesos, los cuales parecen que en su inicio tienen
estructuras cerebrales funcionales comunes, aunque aparentemente sean muy
diferentes. Debemos de racionalizar tales procesos, pues ambos presentan dos
componentes básicos. Primero su concepción mental (finalidad y
planificación), y segundo ejecución de tal proyecto. En general,
este es el patrón de la conducta humana. En el caso de estas dos conductas hay
que decir que es imprescindible la utilización de las funciones ejecutivas para
la ejecución de las dos, y que ambas requieren igualmente la acción de ciertas
partes del área de Broca. Existe una importante similitud en la actuación
neurológica al comienzo de la acción, pero la capacidad del TCD para
señalar áreas pequeñas o delimitarlas con exactitud tiene ciertos límites. En
principio parece que la prueba solo confirma lo esperado, aunque su plasmación
gráfica y funcional supone la certeza de la similitud de los dos procesos que
antes no se tenia. Habría que analizar una serie de
hechos que no siempre se tienen en cuenta.
- ¿Qué se estaría
comparando?
Se afirma que en la evolución del
género Homo pudieron co-evolucionar los dos procesos analizados, lo que
no parece ser cierto del todo. Hay que estudiar la complejidad de ambos
procesos y ver que partes del mismo se pueden conceptuar como que son el
resultado de una misma co-evolución.
Si tenemos en cuenta la definición
de lenguaje, habría que matizar qué parte de su complejo proceso es el que se
compara con el inicio de la talla. El
lenguaje humano puede definirse como la transmisión voluntaria de todo
pensamiento, idea o sentimiento, por medio de un sistema de representación
simbólico (en principio sonoro y/o gestual, aunque también podría ser táctil),
con la intención de interferir en la conciencia o atención del oyente, es
decir, que sea recibido y comprendido por aquellos a los que se dirige tal
mensaje, con algún fin determinado (simple información y/o la posibilidad de
realizar tareas en común) (Rivera y Rivera, 2009). De esta
definición podemos deducir una serie de componentes que, de una forma teórica y
general, se darían de forma consecutiva: creación del pensamiento,
simbolización y transmisión.
Puede
que lo que se compare sea solo el proceso de manifestación sonora del lenguaje,
es decir, las emisiones vocales que son el resultado de la simbolización de las
ideas a unos determinados sonidos por parte del cerebro. Por tanto, el trabajo
se limitaría a la comparación sonora del lenguaje con el trabajo manual de la
mano dominante.
Todas las
características de una entidad biológica no tienen por qué ser adaptaciones, ni
tampoco el resultado de la selección natural. El concepto de exaptación,
el conocimiento de los genes reguladores, la implicación de la embriología
en las causas evolutivas, el papel de los genes basura y más
causas aún por definir, nos indican que son muchos los factores que influyen en
los cambios evolutivos y, por tanto, en la forma de explicar la conducta
arqueológica (modelo multifactorial de la evolución).
- Estructuración cerebral
La definitiva estructuración
funcional del cerebro estaría regulada genéticamente de una forma muy
indirecta. Al nacer somos funcionalmente muy inmaduros, y el cerebro estaría
programado genéticamente para que la maduración se realice en función de los estímulos
que reciba, es decir, de las características medio ambientales de todo tipo
(sociales, lingüísticas, culturales, tecnológicas, geográficas, etc.). En este
sentido, la forma de producción evolutiva es muy importante, lo que une este
apartado con el anterior (no todo en evolución es adaptación). Parece
importante conocer los posibles mecanismos de evolución neurológica para poder
analizar la conducta humana con mayor fundamento (mecanismos evolutivos delcerebro).
Un buen ejemplo lo pone el
lenguaje de los signos que aprenden los niños sordos. El estímulo es visual, no
sonoro, lo que produce una remodelación diferente de la que se produce cuando
se tienen un lenguaje hablado.
- Área de Broca
Esta área asociativa del córtex
humano tiene una importante participación en la producción lingüística. Además,
al ir dejando una clara impronta en los endomoldes de las diversas especies
humanas, ha tenido un seguimiento evolutivo muy detallado, dando gran
importancia a su aumento evolutivo con el desarrollo del lenguaje.
Corresponde a las áreas 44 y 45 de Brodmann, que se
ubican en la parte inferior de la circunvolución frontal ascendente y
circunvolución frontal inferior (lóbulo frontal). Controlan la musculatura
asociada con el lenguaje como lo es la de la cara, la lengua, el paladar y las
cuerdas vocales (Eccles, 1989; Holloway, 1996). En general se asocia a la
regulación de movimientos rápidos, rítmicos y complejos, siempre con un
carácter voluntario. Una lesión de esta área produce una afasia expresiva o una
falla en la formulación del lenguaje con dificultad para la emisión y
articulación del lenguaje, asociándose muy frecuentemente con alteraciones
motoras de la mano derecha (Manning, 1991).
Las funciones de
regulación motora lingüística sólo se desarrolla en uno de los dos hemisferios
cerebrales, en el hemisferio izquierdo en alrededor de 19 de 20 personas,
incluyendo todos los diestros y la mitad del total de zurdos. Sin embargo, si
de niño (antes de que acabe el llamado periodo crítico) se produce una
lesión irreversible del área de Broca dominante (mayoría del izquierdo), sería
la del otro lado la que se reestructuraría para realizar las funciones motrices
que regulan el habla. Esto nos indica que la estructuración funcional de algunas
zonas corticales (sobre todo las asociativas) depende de la influencia externa,
pues si el niño vive en un medio sin lenguaje (p. e. aislamiento social
prolongado) y no tiene acceso al mismo antes de que acabe el periodo crítico,
las áreas de Broca no se estructuran para la regulación sonora del habla,
aunque anatómicamente existan normalmente. Tradicionalmente sus funciones han
sido las siguientes:
- Su función es permitir la
ejecución de los patrones motores para la expresión de cada palabra,
articulando el lenguaje hablado y escrito. Por lo tanto esta área dota de los
circuitos nerviosos necesarios para la formación de las palabras.
- Es responsable
de la formación de las palabras, al activar simultáneamente los músculos
laríngeos, respiratorios y de la boca, además de músculos auxiliares del
lenguaje.
- Además
se conecta con el área motora suplementaria, que se relaciona con la iniciación
del habla.
Estas han sido las funciones más conocidas, pero su
actividad sobre el control motor va más allá de lo mencionado. Recientemente se han realizado trabajos que han puesto en
manifiesto unas funciones más generales que las referidas a la producción
sonora del lenguaje. Los investigadores
Etienne Koechlin y Thomas Jubault han publicado en la revista Neuron un
trabajo sobre estas cuestiones. Diseñaron un experimento de forma que pudieran
distinguir con precisión la planificación jerárquica de la planificación
temporal, que rige otra parte diferente del encéfalo. Propusieron a los
voluntarios participantes a pulsar una serie de botones cuando veían en una
pantalla unos colores determinados o letras. Mientras los voluntarios
ejecutaban las tareas se observó su actividad cerebral a través de resonancia
magnética funcional. El área de Broca resultó ser una pieza imprescindible y
principal en la organización jerárquica de acciones.
Según los autores
este trabajo proporciona evidencias de que el área de Broca y la parte del
hemisferio derecho homóloga constituye un sistema especializado en el
procesamiento de estructuras jerárquicas que competen a una amplia gama
de facultades intelectuales humanas. Parece que el área de Broca
tendría competencias más generales que la del habla, pues participa en la
jerarquización de muchas acciones humanas realizadas sobre todo con la cara,
boca, lengua, laringe y manos, aunque no se descartan otras implicaciones.
- Homúnculo sensorial-motor
En las áreas cerebrales de control motor y de
recepción sensitiva existe una representación corporal que ocupan mayor o menor
superficie dependiendo de la cantidad de inervación que llega al cerebro. Esta
representación corporal constituye un homúnculo motor y otro sensorial, los
cuales son en realidad un mapa de las áreas dedicadas al movimiento o a recibir
la sensibilidad del cuerpo. Según la intensidad de la actividad motora o de la
sensibilidad recibida, así será el área representada. Por ejemplo el pulgar,
que se usa en miles de actividades complejas, aparece mucho más grande que el
muslo, que tiene un movimiento relativamente simple. El homúnculo motor
evoluciona con la edad y difiere de una persona a otra, a pesar de mostrarse
determinados patrones comunes en toda la especie humana. Por este motivo,
podremos encontrar que la mano en el cerebro de un pintor es diferente a la
mano en el cerebro de un pianista.
En estos homúnculos el área
de Broca estaría muy próxima a las áreas motoras de la cara (boca,
lengua, labios, etc.) y algo menos de la mano. Lo que le correlaciona con el
control de los movimientos del habla y los gestos. Efectivamente, estudios más
recientes han demostrado que Broca no sólo se restringe a la producción del
habla, ya que también se observa un incremento de activación de esta área
cuando es necesaria la representación de los movimientos de la mano y brazo,
como por ejemplo en la acción de llevarse la comida a la boca con la mano.
- La computación neurológica
Las
diferentes áreas del cerebro se ocupan de tipos básicos de computación, que
luego se reclutan para muy diferentes procesos cognitivos. En realidad, las
capacidades cognitivas que podemos describir como entidades autónomas y
disociables al término del desarrollo (y una de ellas sería el lenguaje) son
siempre un producto del propio desarrollo, con independencia de que dependan de
un sustrato neuronal cuyas interconexiones básicas se establezcan antes del
nacimiento en virtud de instrucciones eminentemente genéticas. De hecho, un
mismo comportamiento puede depender de diferentes dispositivos neuronales en
momentos distintos del desarrollo (Benitez-Burraco, 2013).
La funcionalidad cerebral es
altamente integral, es decir, en cada proceso cognitivo intervienen gran diversidad
de elementos neurológicos que actuando asociados consiguen lo que denominamos
como conducta humana.
Conclusiones
De todo lo comentado podemos
resaltar ciertas conclusiones que nos indican la realidad del problema:
- Se comparan partes de un proceso
no bien comprendido (el lenguaje).
- La evolución en un complejo
proceso biológico de múltiples causas y funciones, cuyo resultado depende del
uso de tales causas.
- La definitiva estructuración
funcional del cerebro depende de la influencia medioambiental, Esta es la
determinación genética que se hereda y de la que somos herederos evolutivos.
- El área de Broca tiene
múltiples funciones, su activación se produce por varias acciones humanas.
- La estructuración de los
homúnculos motor y sensitivo depende de las acciones motoras y de la
estimulación sensitiva. Aunque es mucho más notable en los primeros años de la
vida, en cierta medida se produce durante toda la existencia vital.
- Hay que valorar en gran índice
computacional del cerebro. Un mismo comportamiento puede depender de diferentes
dispositivos neuronales en momentos distintos del desarrollo.
El interés por conocer la
evolución de las capacidades cognitivas humanas ha estado siempre presente en
numerosos estudios de muy diversa índole. Sin embargo, las comparaciones de
procesos sobre los que no se conoce muy bien los mecanismos de producción, han
hecho que se lleguen a conclusiones con muy poco fundamento y, aunque contengan
cierta veracidad en sus conclusiones, muchas veces no pueden aclarar
satisfactoriamente lo que se pretende mostrar.
La diversidad de ciencias que se
interfieren en la compresión de todos estos procesos (evolución, lenguaje,
trabajo manual, cultura, etc.) indica la gran dificultad que existe en su
producción. Esta complejidad hace que exista cierta precariedad en la elección
de ciencias a utilizar, limitando mucho las conclusiones. La metodología de la interdisciplinariedadse hace necesaria en el estudio de todos estos procesos, tanto del
pasado como del presente. Pero los graves inconvenientes que su utilización
acarrea, hace que se vea muy postergada y, haciéndose eco del dicho de que lo
que no se conoce es como si no existiera, se continúan realizando trabajos con
una interdisciplinariedad poco amplia, lo que inevitablemente limitara el
resultado de los mismos.
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