En el pasado mes de junio la revista JournalArchaeological Science ha publicado (on-line) un artículo sobre las últimas
dataciones realizadas, por medio de las series de Uranio, en la calcita que
recubría las pinturas de la cueva de Altamira (Santillana del Mar, Cantabria).
Las dataciones oscilan entre un marco de 20.000 años (35 Ky y 15.5 Ky cal. BP),
lo que aporta datos importantes para la comprensión de su utilización por parte
de los HAM que vivieron en aquel periodo y en aquellos lugares.
- Segundo, la reutilización e integración simbólica
de las pinturas antiguas con las nuevas aportaciones. Se refuerza la idea de
“santuario”, con continuas visitas por las poblaciones de diversos periodos.
- Tercero, por su relación con las diversas
ocupaciones de la entrada de la cueva situadas a escasos metros de la ubicación
de las pinturas, donde se debieron de realizar las actividades simbólicas
relacionadas con estas manifestaciones gráficas. Esta escasa separación es
interpretada como un continuum espacial entre las actividades cotidianas
de la sociedad en zonas iluminadas y las actividades simbólicas realizadas en
áreas oscuras con necesidad de aportes lumínicos para poder realizar cualquier
actividad. Es decir, que la simbología y creencias que se desarrollaban en las
zonas de pinturas no era algo privado, escondido y elegido para determinados
ritos, sino un lugar vinculado a la cotidianeidad de las actividades de la
sociedad que viviera en la cueva en ese momento.
Mano en negativo de El Castillo |
El
estudio se ha realizado por un equipo interdisciplinar de químicos y
arqueólogos idóneo para obtener las dataciones de las pinturas, pero no tanto
como para deducir conclusiones sobre las características sociales del
simbolismo de las pinturas de Altamira en particular. Con estos únicos datos se
desecha la idea tradicional de que lo simbólico se realizaba en la oscuridad de
la cueva, mientras que lo cotidiano se hacia al aire libre o en la entrada de
la cavidad.
Sin
profundizar mucho en las conclusiones es fácil estar de acuerdo con las dos
primeras, pero en la tercera creo que hay un importante componente de
subjetividad que no ha sido tenido en cuenta. Las pinturas están en una zona
oscura y próximas a la entrada de la cueva, por lo que algo de luz natural
recibirían, aunque muy difícil de precisar, pero se está de acuerdo de que
sería insuficiente para su realización.
La
decisión de relacionar la ubicación de las pinturas con la cotidianeidad de las
actividades de la sociedad solo se fundamenta en la proximidad y en el criterio
de su autor, que si bien pudiera ser cierto, solo se llega a tal conclusión por
métodos subjetivos.
La
cercanía con el área de hábitat puede deberse a varios motivos, los cuales no
tienen nada que ver con un uso cotidiano y social. Desde la simple idoneidad
del sitio para la realización pictórica y realización de ritos, hasta la
realización de las muestras pictóricas en épocas y periodos en los que la cueva
no estaba habitada, perdurando después un cierto uso mixto (hábitat y
santuario). Se sabe que durante el Paleolítico superior la cueva no tuvo un
asentamiento humano continuo, mientras que las pinturas y sus sucesivas
acumulaciones si estuvieron siempre allí. Sería necesario realizar un estudio
diacrónico entre los periodos de asentamiento humano y la progresiva
realización de tales pinturas, lo que actualmente es bastante difícil.
El problema de las
características iniciales de las manifestaciones gráficas en el Auriñaciense y
de su perduración y/o evolución en el resto del Paleolítico superior es un
problema que hay que estudiar dentro de la Arqueología cognitiva, con las
herramientas científicas propias de la interdisciplinariedad que la ciencia
exige en la actualidad.
Las últimas dataciones, que por
medio de las series de uranio se han realizado en diversas cuevas de la
Península Ibérica y Francia, aportan datos muy importantes para la interpretación
de su inicio y algunas de sus características, como son los motivos, ubicación
y relación con la sociedad de las manifestaciones gráficas en el periodo en el
que se realizaron. Naturalmente, cualquier estudio en este sentido no puede
limitarse a los datos aportados por un solo yacimiento, sino que debe abarcar
todos los datos posibles, pues debido a su notable escasez mayor interés tienen
el adquirir y usar el mayor número posible.
Características sociales de las
manifestaciones gráficas en el Auriñaciense
Cada periodo del Paleolítico
superior pudo tener sus propias características sociales y simbólicas, aunque
lo más seguro es que existiera una conexión de continuidad a lo largo de sus
largos milenios. El continuum cultural, simbólico y cognitivo es algo
que siempre hay que tener en cuenta, para ir estudiando los posibles cambios
que a lo largo de su tiempo pudieran haberse producido. No obstante, parece
lógico comenzar por el principio, pues sería la fuente principal del inicio
conductural de los humanos de ese periodo. La relación entre la sociedad y las
manifestaciones gráficas parietales se iniciaron con el Auriñaciense, siendo
este periodo el arranque de una tradición cultural paleolítica que perduró, con
cambios no bien analizados, hasta que el cambio de clima destruyó un ecosistema
y una forma de vida simbólica, para transformarla en otra (Epipaleolítico).
Las recientes dataciones de pinturas parietales por los
métodos de uranio, han ofrecido una serie de datos cronológicos que han cambiado
sustancialmente el concepto clásico que se tenía de las relaciones entre los
seres humanos y las pinturas parietales y el simbolismo que entrañaron. Las
dataciones de varias muestras concernientes al Auriñaciense nos ofrecen una
visión nueva y muy interesante, lo que hay que analizar con detenimiento y con
la mayor generalidad posible dentro de los postulados de la Arqueología
cognitiva. Relativas a este periodo tenemos
las siguientes cavidades en España, Francia e Italia.
I. - Cornisa cantábrica (España):
- Altamira en Cantabria
(España). En esta cavidad se
trabajó sobre dos figuras del famoso“Techo de los Policromos”, un caballo rojo y un signo
abstracto de forma triangular. La datación del caballo fue de 22 Ky, y el signo
abstracto se dató en 35 Ky. La conclusión más evidente que puede extraerse es
que hubo varios momentos en que se realizó el panel. Estas figuras datadas
corresponden a las manifestaciones gráficas que estarían próximas al área de
hábitat.
- El Castillo en
Cantabria (España). El estudio aporta cuatro dataciones, un animal indeterminado de 22 Ky,
un disco rojo entre 36 Ky y 34 Ky, una mano en negativo de 37,5 Ky y otro disco
rojo datado en más de 40.8 Ky. Todos en el interior de la cavidad (Pike et al 2012).
- Diversas cuevas del desfiladero
del río Carranza, al este de Cantabria (España) con algunas pinturas negras en
el interior de tales cavidades. Allí se dataron por TL costras estalagmíticas
en 35 Ky. que recubrían pinturas rojas en la cueva de Pondra. Quizá algo
similar ocurra en la cueva vecina de Arco B (González Sainz y San Miguel 2001).
- Tito Bustillo
en Asturias (España) se ha datado
una figura antropomórfica de pigmento rojo en una horquilla que oscila entre
los 35.5 Ky y 29.6 Ky. Sería una de los dos
teriomorfos (masculino y femenino) pintados en cada cara de una estalactita
plana en el interior de la cueva. Puede ser la figura humana más antigua datada hasta el momento. Hay que
añadir una mano del Conjunto V cuyo contexto arqueológico ha dado
una fecha de 32.990±450 BP (Balbín et al. 2007).
Teriomorfo femenino de Tito Bustillo |
- Candamo en Asturias (España). Se han datado unas manchas
negras de asociadas a la representación de toros del muro de los grabados,
consideradas las figuras más antiguas de la cueva asturiana, que llegan hasta
33 Ky. (Fortea 2007).
II. - En Francia:
- En la Dordoña en general, y
singularmente en el Valle de la Vezére. Esta región constituye uno de los
ámbitos con mayor concentración de santuarios rupestres. Conocemos varios
yacimientos que han proporcionado bloques desprendidos de las paredes de la
cueva con representaciones vulvares grabadas, como en La Ferrassie, acompañadas
de toscas figuras animales grabadas, desde el Auriñaciense I. En la capa
siguiente, Auriñaciense II, aparecen fragmentos de la bóveda del techo con
restos de pintura. Similares vulvas grabadas y restos de pintura y grabados
aparecen en las paredes y/o niveles auriñacienses de La Croze a Gontran, Abri
Balchard, Abri Cellier y Abri Castanet (Delluc y Delluc 1991).
En Abrí Castenet se han continuado obteniendo datos al
respecto. Así, se han hallado hasta 12 bloques con vulvas grabadas, el
nivel auriñaciense de base se ha datado entorno a 35 Ky. (Vialou, 2004). Nuevos
datos obtenidos de una actual revisión de la excavación antigua y de las
campañas actuales. Los resultados unifican los dos niveles antiguos en un único
periodo de ocupación datado en su inicio en 37.4 Ky y en su final en 36.7 Ky.
Para su datación se uso C-14 en restos óseos animales. En la campaña
arqueológica de 2007 se vieron varios
bloques de caliza desprendidos del techo original en contacto con la superficie
del nivel arqueológico auriñaciense. Los bloques presentaban grabados y restos
de ocre de las figuras representadas. La principal conclusión que extrae el
director de estos trabajos (Randall White) es que las representaciones de Abri Castenet
estarían relacionadas con la vida cotidiana de los auriñacienses.
- Cueva de Chauvert
(Francia) con dataciones de 32/30 Ky. Corresponde a un Teriomorfo o figura
pintada en negro, con cabeza de bisonte y piernas humanas en el interior de la
cueva. Existen otras pinturas sobre formaciones calcáreas en la sala final de
la cueva de animales realistas peligrosos (león y mamut), no hay datación de
ellas.
Teriomorfo de Chauvert |
III. - En Italia:
- Auriñaciense también sería la
figura humana con cornamenta animal, que sostiene un objeto en la mano derecha,
pintada en negro en un bloque aparecido junto a otros bloques con restos de
pintura, desprendidos de las paredes de la cueva de Fumane, en el Veneto
italiano, en niveles datados entre 36 y 32 Ky. (Broglio y Dalmeri 2005).
Figura humana con cornamenta de Fumane |
Comentario
Estos datos
confirman la existencia en el Auriñaciense de las manifestaciones gráficas, así
como del aislamiento social de algunas de ellas dentro de la cueva con
connotaciones simbólicas aparentemente diferentes de las que se sitúan en las
áreas de hábitat. Sin embargo, hay que ser prudentes con la fiabilidad de
los datos, pues hay frecuentes problemas de contaminación, pero el conjunto de
dataciones muestra inequívocamente un comienzo temprano y
sorprendentemente complejo en varias áreas europeas (Lorblanchet 1999;
Fortea et al. 2004; Rivera y Menéndez, 2011).
En general, la intención de
separar ciertas manifestaciones gráficas del área de hábitat, para un preciso
fin no bien conocido, es una conducta social-simbólica que se inicia
precozmente desde el Auriñaciense. Paralelamente, existen pinturas y grabados
que coexisten con las zonas de habitación, pudiendo ser vistas continuamente
por los miembros del grupo social, lo que parece que sería una consecuencia de
su creación, es decir, ser vistas constantemente sin tener que desplazarse. El
simple o complejo aislamiento (depende de lo alejado que se realice del
hábitat) de la vista de la sociedad de algunas pinturas y grabados, junto con
el tema representado, tendría un diferente significado simbólico. Su estudio se
escapa de los ámbitos de este pots, pero que desde la Arqueología cognitiva se
están realizando estudios para intentar su aclaración (Rivera y Menéndez,
2011).
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* VIALOU, D.
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