El
uso del fuego para cocer favorecía el aumento de la gama de alimentos
utilizados, tanto de formas vegetales (raíces, bulbos o granos demasiados duros
para comer) o animales. La cocción favoreció el uso intensivo de los nutrientes
de la caza y recolección, la masticación y su asimilación en personas con
grandes carencias de dientes, la eliminación de numerosos patógenos y
exotoxinas, aumentando la digestibilidad general. Se incrementó enormemente el
rendimiento energético y nutricional de los alimentos al poder cocer huesos
troceados y crear formas de caldo al que se podrían añadir otras sustancias muy
variadas (carne, vegetales, etc.) (Carmody et al. 2011; Speth, 2015; Zink et al.
2014). El uso del fuego como técnica de cocina se relaciona
con objetos de forma
cóncava (pieles, tripas, corteza de árboles, etc.) que contengan agua en su
interior, pues pueden ponerse al fuego sin que se queme la parte en contacto
directo con el calor, siempre y cuando continúe con agua, la cual hervirá y
podrá cocerse en ella los alimentos (Speth, 2015).
Paleolítico medio
Su
utilización se ha visto mediante testimonios indirectos, como
sería el caso del descubrimiento
en el Paleolítico medio europeo de una masilla alquitranada usada para
afianzar los enmangues, obtenida de una combustión reductora (sin oxigeno) de
la corteza de abedul, lo que lo relaciona con complejos mecanismos de cocción
del agua (Pawlik & Thissen, 2011; Speth, 2015; Kozowyk et al., 2017).
Los procesos de cocina y obtención de masilla (los dos son serendipias) parecen
independientes, pero es muy posible que la cocción sea la causa del otro. Al
buscar formas cóncavas donde poder hervir el agua (corteza de abedul) de alguna
manera el proceso adquirió formas reductoras (pobreza de oxigeno al estar más o
menos enterradas o aisladas del aire) obteniéndose fortuitamente la brea de
abedul, que al enfriarse adquiría consistencia sólida, además de adherirse a lo
que estuviera en contacto, siendo utilizado en el enmangue de útiles líticos
(Speth, 2015; Kozowyk et al., 2017).
Sería
otro ejemplo de serendipia, aunque en su desarrollo práctico se aprecian
indicios de creatividad, para lo
cual se precisaría una cognición causal desarrollada (grados
4, 5 y 6), como veremos más adelante. Otro indirecto testimonio arqueológico
del uso del fuego en cocina ha sido establecido al relacionarlo con la paulatina disminución del
tamaño de los dientes de los neandertales que se inició alrededor de los 100
ka, tendencia que podría sugerir el uso de comida más blanda y nutricional
(cocinada), favoreciendo los fenotipos de dientes más pequeños (Wrangham &
Conklin-Brittain, 2003). Igualmente, las prácticas
de cocina relacionadas con la cocción se asocian con la molienda de los
vegetales para su consumo (Henry
et al., 2014; Speth, 2015). En Mozambique se ha constatado el uso de semillas
(sorgo) por los primeros HAM hace al menos 105 Ka, lo que implicaría el uso de
alguna forma de molienda no documentada (Mercader, 2009). En este contexto, se
ha documentado utensilios para moler o morteros de piedra, los cuales se
utilizaron para producir ocre en polvo, pero sin
datos de su uso en la
molienda de cereales (Roebroeks et al., 2012). La mejor evidencia se encuentra en
los granos de almidón extraídos de un cálculo dental de un neandertal en
Shanidar, pues están distorsionados de forma que sugieren una preparación
culinaria en presencia de humedad (Henry et
al. 2011). El
origen de las posibles formas de molienda se explica con el desarrollo de la cognicióncausal de los grados 4, 5 y es posible que el 6 en periodos más
recientes.
Grado 4: Comprensión diádica-causal separada.
Este grado depende de la capacidad de tener dos o más representaciones mentales
al mismo tiempo, pero de diferente etiología. Una directa observación sensorial
y otra un recuerdo de experiencias similares, con el fin de comprender su
relación causa-efecto. Se establece un razonamiento causal consciente del
efecto observado (ropa en una silla) a la causa inobservada (su dueño, al que
podemos reconocer, la dejó allí). Se observa una expansión de la memoria de trabajo para mantener más de
dos representaciones mentales desiguales a la vez. Se reafirma la teoría
de la mente al pensar que el otro actúa como lo haríamos nosotros.
Grado 5: Comprensión causal y mentalidad
no-coespecífica. Lo mismo
que el anterior pero con especies biológicas diferentes. Comprensión de la
causa-efecto de las acciones de otras especies, realizado de forma indirecta
(e. g. rastros de su desplazamiento) y con experiencias previas. Igualmente
requiere cierto desarrollo de la memoria
de trabajo.
Grado 6: Comprensión causal inanimada.
Atribuir causas a objetos inanimados (e. g. ver caer una manzana cuando hay
viento). La causa no se percibe directamente, sino que se infiere. Requiere la
utilización de la memoria de trabajo y
cierto desarrollo de la flexibilidad conductual (ligada al lenguaje y
autoconciencia).
Como puede comprobarse siempre se relacionan hechos, objetos, animales, personas, recuerdos que se perciben en ese momento o se tienen en la memoria. Esta podría ser la explicación del desarrollo de la cognición causal, donde dos o más estímulos de igual o diferente origen (sensoriales o memorísticos), creados por una percepción de forma simultánea y reiterada, son capaces, en un momento preciso, de relacionarse mediante mecanismos sinápticos y crear una red neurológica nueva, con una respuesta conductual diferente y nueva. La cual se acumula en el acervo cultural del grupo y serviría como nuevo elemento memorístico que correlacionar con otros elementos sensoriales obtenidos de la observación del medio ambiente. Sería el caso se la utilización de las piedras calientes que vemos en el siguiente apartado.
GRADOS DE COGNICIÓN CAUSAL
| ||||
GRADO
|
CONCEPTO
|
EJEMPLO
|
CARACTERÍSTICAS
|
NECESIDADES
|
1
Comprensión causal individual
|
Relación entre una causa y su inmediato efecto
|
Golpe-caída
|
Individual
Percepción y atención
|
Aprendizaje por condicionamiento
|
2
Comprensión diádica-causal
|
Dos agentes diferentes por turnos en una acción conjunta
|
Dos agentes en una acción común alternante
|
Social
Entendimiento diádico-causal básico
|
¿Inicio de la teoría de la mente?
|
3
Lectura coespecífica de la mente ajena
|
La intención causal de las acciones de otros son similares a las mías.
|
La mirada de otro nos puede indicar sus intenciones
|
Social
Tus deseos, intenciones y creencias son similares a los míos. Mismos efectos
|
Inicio básico de la teoría de la mente
|
4
Comprensión diádica-causal separada
|
Tener dos o más representaciones mentales al mismo tiempo, pero diferentes en su producción (sensorial y memoria).
|
Conespecífico Pistas que se alejan de una fuente de agua, Inferir que sus autores saciaron su sed y se fueron a comer o descansar
|
Social
Observación sensorial y recuerdo de experiencias similares, comprender su relación causa-efecto existente entre ellos.
|
Teoría de la mente
Expansión de la memoria de trabajo
|
5
Comprensión causal y mentalidad no-coespecífica
|
Comprensión de la causa-efecto de las acciones de otras especies,
|
No- conespecífico
Comprensión de la causa-efecto: rastros de su desplazamiento
|
El desarrollo y diferencias entre los grados conespecíficos 3 y 4 y el grado 5 (no-coespecífico), es gradual dependiendo de la experiencia previa
|
Desarrollo de la memoria de trabajo
Experiencia anterior
|
6
Comprensión causal inanimada
|
Atribuir causas a objetos inanimados
|
Caer una manzana cuando hay viento
Causa efecto
|
Individual
|
Memoria de trabajo, flexibilidad conductual, autoconciencia
|
7
Comprensión de la red causal
|
Nodos causales específicos de un dominio se conecta o enlaza a las redes causales de otros dominios diferentes
|
Ciencia
|
Individual
|
Memoria de trabajo, flexibilidad conductual,
lenguaje autoconciencia
|
Como puede comprobarse siempre se relacionan hechos, objetos, animales, personas, recuerdos que se perciben en ese momento o se tienen en la memoria. Esta podría ser la explicación del desarrollo de la cognición causal, donde dos o más estímulos de igual o diferente origen (sensoriales o memorísticos), creados por una percepción de forma simultánea y reiterada, son capaces, en un momento preciso, de relacionarse mediante mecanismos sinápticos y crear una red neurológica nueva, con una respuesta conductual diferente y nueva. La cual se acumula en el acervo cultural del grupo y serviría como nuevo elemento memorístico que correlacionar con otros elementos sensoriales obtenidos de la observación del medio ambiente. Sería el caso se la utilización de las piedras calientes que vemos en el siguiente apartado.
Paleolítico superior
Arqueológicamente vemos un desarrollo de la cocina
para hacer hervir al agua y cocer los alimentos, mediante el uso de piedras
calientes. En un medio donde echar el agua (tripas, pieles, madera), se
introduce piedras calentadas al fuego de forma continuada hasta que hierva,
continuando hasta que la comida esté hecha (Speth, 2015). El testimonio arqueológico es el hallazgo
de piedras térmicamente alteradas (FCR) por los reiterados calentamientos al
fuego y su enfriamiento más o menos brusco al introducirlas en el agua que se
pretende hervir. Con estas características aparecen en el inicio del
Paleolítico superior, haciéndose comunes al final del periodo y sobre todo en
el Mesolítico (Nakazawa et al. 2009; Chatters et
al. 2012).
Esta
técnica parece una mejora creativa de la tecnología ya conocida en el
Paleolítico medio de hervir el agua. La motivación podría haber sido por el
aumento de los comensales o la necesidad de aumentar la duración de los envases
(pieles, tripas, etc.), por medio de un calentamiento indirecto en lugar de
exponerlos directamente al fuego (Speth, 2015). En este desarrollo se
podría inferir cierta conducta creativa, consecuencia de la unión de diversos
procesos, como son el conocimiento de la cocción en pieles húmedas, el interés
de la meta culinaria y social (motivación) y la relación de hechos conocidos
(piedras calientes), para realizar el traslado al agua del calor. Se precisaría
el desarrollo de la cognición causal hasta los grados 4, 5 y el 6
Conclusiones
Se podría asumir que estos avances culinarios,
fundamentales en la adaptación humana a cualquier ecosistema, se producen
mediante procesos adaptativos al medio. Sin embargo, estas capacidades de
adaptación solo son posibles tras cierto desarrollo cognitivo (grados de
cognición causal), lo que tiene lugar tras la evolución cultural y social de
las poblaciones humanas. No hay que olvidar que la evolución biológica nos dota de unas
capacidades
funcionales innatas (capacidades cognitivas elementales o básicas),
tanto racionales (memoria, cierto nivel de funciones ejecutivas, atención y
percepción) como las emociones primarias (miedo,
enfado, tristeza y alegría/felicidad, asco y sorpresa). Nuestras
características neurológicas y psicológicas necesitan de un medio
ambiente adecuado, que
previamente hay que crear (social, económico, tecnológico, lingüístico, etc.),
para que las capacidades cognitivas básicas (racionales y emocionales) se
desarrollen adecuadamente. Podría definirse como un nicho cultural-cognitivo
que posibilite tal desarrollo.
Cuando
la evolución neurológica sea suficiente y las características ambientales
adquieran un nivel adecuado, pueden producirse nuevas capacidades de naturaleza
sociocultural, las cuales sólo existían como potencialidad. Son las capacidades cognitivas emergentes (simbolismo, lenguaje, autoconciencia,
escritura, etc.), que se
transforman en actividades sociales, culturales, logísticas y simbólicas con un
enorme poder adaptativo.
Carmody, R. N.; Weintraub, G. S. & Wrangham,
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Henry, A. G., Brooks, A. S. & Pipermo, D. R. 2011.
Microfossils in calculus demonstrate consumption of plants and cooked foods in
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Kozowyk, P. R. B.,
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the origin and development of Neandertal adhesive technology. Scientific Reportsvolume7, Article number: 8033
Mercader, J. 2009. Mozambican
Grass Seed Consumption During the Middle Stone Age. Science, vol. 326:1680-1683.
Pawlik, A. F. & Thissen, J. P. 2011. Hafted
armatures and multi-component tool design at the Micoquian site of
Inden-Altdorf, Germany. Journal of
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Roebroeks, W.,
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N.L. 2003. Cooking as a biological trait. Comparative Biochemistry and
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